En agosto de 1986, Marcela Basteri, la mamá de Luis Miguel tomó un avión rumbo a Madrid desde Pisa, Italia, y un mes después desapareció sin dejar rastros. Estaba acompañada por Sergio, su hijo que en ese entonces tenía 4 años, el hermano más pequeño del cantante puertorriqueño que se crió en México. Desde entonces, el misterio y el asombro se apoderaron de los íntimos, de esos familiares que de un día para el otro se quedaron sin noticias de la señora que fue criada y vivió durante varios años en Argentina, trabajando como costurera.