Abel Pintos y Jey Mammon se tentaron al aire con una anécdota del conductor con Gerardo Romano

El bahiense brilló con un mini recital en Los Mammones, pero antes no pudo contener la risa y contagió a todos.
Con un programa especial con la visita de Abel Pintos, Jey Mammon coronó una semana inolvidable para su show televisivo Los Mammones. Todo había arrancado el lunes con un musical de lujo, capitaneado por Lito Vitale y que reunió a Cecilia Milone, Julia Zenko, Manuel Wirzt y Juan Carlos Baglietto. Este viernes, la cerró con el bahiense que interpretó lo mejor de su repertorio.
Pero además de música el programa se nutrió de anécdotas, emociones y un instante de carcajadas que amenazó con no terminar nunca. Ocurrió en el cuestionario conocido como “Las 21 de las 21″; en el que el conductor ofrece un variado ping pong de preguntas sin aparente conexión entre sí que el entrevistado, provisto de unas paletas con su rostro, debe responder por sí o por no. “Si te cruzás por la calle con alguien famoso que no conocés, que nunca viste personalmente, ¿lo saludas?”, preguntó el conductor sin imaginar lo que iba a ocurrir a continuación.
Sin dudarlo, el cantante levantó la paleta con el “no”, pero Jey tenía otra posición. “A mí me genera duda, no sé qué hacer”, reconoció el creador de Estelita, que miraba para todos lados buscando un socio en dicha situación. “No tenés nada que hacer. A menos que tengas algo para decirle”, reflexionó el invitado con cierta lógica. “Claro, si no es como decir ‘¡Ey, Gerardo Romano!’”, completó el conductor.
Hasta ahí, parecía una improvisación al azar, una habitual ocurrencia del conductor, que llevó al bahiense a tentarse de manera inmediata. Sin embargo, estaba basado en un hecho real. “Te juro que hace muchos años me pasó con Gerardo Romano”, insistió el animador, mientras su invitado se retorcía de risa en su sillón. “¿Y lo peor que fue? Que me miró y me dijo: ‘¿Quién sos?’”, completó Jey unos segundos después, cuando la risa se lo permitió.
El conductor miraba su ayuda memoria y oprimía el timbre buscando retomar el cuestionario, pero cada vez que lo intentaba, volvían las carcajadas. Abel no ayudaba demasiado, porque apenas cruzaban miradas, se producía el típico efecto contagio que provoca la risa, que no se puede explicar y es imposible de frenar. Cuando pudo recuperarse, el bahiense retomó el hilo e imitó el gesto que había hecho el anfitrión: “¿Qué carajo tiene que ver ‘¡Ey, Gerardo Romano!’”, vociferó impostando el tono. “El famoso es cholulo del famoso, pero vos no. Sos una persona especial”, se defendió Jey, con oficio y logrando, finalmente, retomar el rumbo del programa.
Así llegaron hasta el final, cuando Abel regaló un momento mágico a los presentes en el estudio y a quienes lo seguían en televisión. El bahiense arrancó su mini set con “El amor en mi vida”, continuó con “Motivos” y cerró la primera parte con “El amor de mi vida, tema que da título a su nuevo disco. Luego de un corte, se sumó Lito Vitale al piano y Jey acompañó solo con su voz. Así hicieron “La llave”, “Bailando con tu sombra (Alelí)” y “Cien años”. Invitados y anfitriones transmitían emoción en sus miradas, brillo en sus ojos, satisfacción en su lenguaje corporal. Cuatro días después, lo habían hecho de nuevo.

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