Agustina Cherri brindó detalles de su talento oculto: «Nunca es tarde para aprender algo nuevo»

Desde que se dictó el aislamiento social obligatorio, varias personas encontraron actividades para realizar en sus casas. A lo largo de estos cuatro meses y medio no fueron pocos los artistas que comentaron cuáles son sus nuevos pasatiempos. Ocupar horas en algo productivo se volvió una necesidad. En general, a muchos se les dio por darles vida a recetas, incursionar en la cocina y preparar ricos y sabrosos platos se tornó algo recurrente. Las actividades se multiplicaron y cada uno encontró la que mejor le sienta para no aburrirse.
Agustina Cherri decidió ir más allá y encontrar un hobby diferente a los habituales. Se fijo en esas cosas que la apasionan desde chica pero que, por falta de tiempo, nunca había podido probar. “Acá estoy yo, dando mis primeros pasos en la costura. Nunca es tarde para aprender algo nuevo. En tiempos de pandemia hay que aprovechar los momentos libres para hace eso que siempre quisiste y dejaste pendiente”, contó mientras se fotografió con su flamante máquina de coser, dando sus primeras puntadas.
Acto seguido, fue contando en detalle qué trabajos se propuso para desarrollar en los próximos días. La actriz recorrió metro a metro su vivienda buscando qué reparar. “Tengo una tela que amo que se rompió con el tiempo”, empezó, y prosiguió: “También tengo unos almohadones blancos que necesitan un poco de vida, estos serán mis primeros desafíos”, recalcó. Por supuesto, ante la insistencia de sus fanáticos, prometió mostrar el resultado de los trabajos realizados.
Al igual que una innumerable cantidad de colegas, Cherri se encuentra sin trabajo, esperando a que la industria del entretenimiento reabra sus puertas. En marzo se había despedido de las grabaciones de Separadas. Luego del conflicto del elenco con Adrián Suar, acordaron ponerle fin al proyecto y no continuarlo el año próximo. Sin una fecha tentativa para retomar su rol de actriz, la joven disfruta de su familia y de esos planes que tanto la apasionan y que por cuestiones laborales siempre postergó.
Proyectos a los que les puede sacar el jugo, como el de hacer arreglos en su vivienda, se repiten a lo largo de su vida. Hace aproximadamente 15 años, se volcó al vegetarianismo y de allí, a una nueva manera de alimentarse. Nada de consumir carne, y eso se lo inculcó a sus hijos, a Muna y Nilo, fruto de su relación con Gastón Pauls. “Tiene que ver con la toma de conciencia, al margen de que me hace bien al cuerpo. Desde que cambié la alimentación tengo mejor la piel, el pelo, me levanto mejor”, dijo en algún momento.
Contenta con los resultados, fue por más. Y acá fue cuando decidió poner sus manos a trabajar en la tierra del patio de su casa. Poco a poco fue armando una huerta orgánica que hoy es su principal fuente de abastecimiento de frutas y verduras. La particularidad es que no tiene fertilizantes, ni nada por el estilo. Al no recurrir a ciertos agroquímicos que se utilizan para matar plagas y bichos, el trabajo, a la hora del cuidado de estas especies, es mucho más minucioso.

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