Ahora 12, energía y cemento: el Gobierno vislumbra una recuperación, pero algunos economistas dudan

Las compras con Ahora 12. La demanda de energía eléctrica de la industria. Los despachos de cemento. Con estos tres indicadores, el Gobierno se esperanza en que lo peor de la crisis económica del coronavirus esté quedando atrás y que la actividad retome los niveles previos a la pandemia hacia septiembre. No será, claro, un escenario del todo auspicioso, ya que la Argentina viene de dos años de recesión y de una década de estancamiento.

De todos modos, la recuperación sería precaria y los economistas consultados dudan de su alcance. El primer y accidentado año de la economía de Alberto Fernández terminaría con una caída en torno al 10 por ciento.

El ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas dijo en una videoconferencia con ejecutivos de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham) que “la economía se está recuperando”. Y agregó: “Hay provincias en las que la actividad económica y el consumo ya son mayores a los de antes de la pandemia, aunque el promedio sigue siendo negativo”.

“Uno puede pronosticar que si sigue la tendencia, la industria estaría llegando a los niveles previos a la pandemia en agosto o septiembre y, en cuanto al consumo, algo parecido”, agregó Kulfas.

El consumo
¿Qué mira el Gobierno para esperanzarse con una recuperación del consumo en buena parte del país? El programa de compra en cuotas Ahora 12 le permite tener cierto termómetro.

De acuerdo con los datos que relevó Desarrollo Productivo, las ventas con Ahora 12, al 20 de julio, estaban por encima de los niveles previos al 20 de marzo en varias provincias.

En Córdoba, por ejemplo, los pagos con Ahora 12 estaban 34% por encima de los registrados en la primera quincena de marzo. En Santa Fe, 35% arriba de momento inicial de la cuarentena. En otras provincias con menos habitantes, como Santiago del Estero, llegaba al 51%.

Por el contrario, la provincia de Buenos Aires mostraba una caída del 14% y en la Ciudad de Buenos Aires se registraba una caída nominal del 2 por ciento. La inflación estimada del periodo rondó el 9 por ciento.

Los datos, admiten en el Gobierno, son parciales. “Es un indicador de consumo que tiene sus limitaciones, pero sirve para ver la velocidad de recuperación”, dijeron fuentes oficiales.

Un informe de la procesadora de pagos Prisma pone esto en contexto. Los pagos con medios electrónicos (tarjetas de débito, crédito y prepagas) representan el 30 o 35% de una economía que mueve siete de cada diez pesos en efectivo.

Dentro de ese universo acotado, las ventas con tarjeta de débito ganan preponderancia, mientras que las operaciones con tarjeta de crédito pierden terreno. En el segundo trimestre del año, casi el 42% de las transacciones fueron con tarjeta de débito y casi 54% se realizaron con tarjeta de crédito. Hace un año, ese reparto era del 35% y el 64,4%, respectivamente.

Esto, según los especialistas, marcaría un mayor temor de las familias a endeudarse, para lo que se suele usar la tarjeta de crédito.

“La caída de participación y transacciones con tarjeta de crédito tiene múltiples explicaciones. Algunas de ellas son la adopción de los usuarios de una postura conservadora ante la incertidumbre generada por la pandemia, el agotamiento de crédito y que ciertas actividades donde la tarjeta de crédito es habitualmente utilizada, como turismo, se han visto muy afectadas por la coyuntura”, dijo Julián Ballarino, Gerente de Relaciones Institucionales de Prisma.

Entre las compras en cuotas, Ahora 12 ganó terreno que antes ocupaban otros planes de financiamiento. Si en el segundo semestre de 2019 el programa oficial representaba aproximadamente el 30% de todas las compras a plazo con tarjeta de crédito (el resto se hacía con otro financiamiento), un año después acaparó casi el 60% del cuoteo. En conjunto, las compras en cuotas representan menos del 40% de las operaciones con tarjeta de crédito. Más de seis de cada diez pesos se pagan de una vez.

Para Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, el consumo está lejos de recuperarse y no será fácil que despierte. En esa firma relevan la actividad en las provincias que pasaron a fase de Distanciamiento (DISPO). “Los indicadores provinciales muestran una recuperación de la oferta, pero el consumo viene muy atrás”, dijo. “Hay una retracción del consumo por el aumento del desempleo y la baja muy fuerte del salario real. Y también por la incertidumbre; hay consumos que se postergan para pagar deudas.

La industria y la construcción
La demanda de energía eléctrica y los despachos de cemento son dos indicadores para medir la evolución de dos actividades mano de obra intensiva. Ahí sí tanto el Gobierno como los analistas del sector privado ven una recuperación luego del encierro estricto de abril.

No hubo, coinciden en Desarrollo Productivo y en el sector privado, afectaciones a la producción durante el último endurecimiento del Aislamiento (ASPO) en el área metropolitana. “En base a la demanda de energía, vemos que, pese a la marcha atrás de la cuarentena en el AMBA, la actividad mostró signos de recuperación en la última semana de julio. Principalmente en comercios, industria de alimentos, construcción e industria textil. Esto dejaría un arrastre positivo para agosto”, dijo Delgado.

“Los primeros datos de julio sugieren que la cuarentena más estricta no tuvo efectos significativos”, indicó la consultora Seido en un reporte. “Ha sido ineficaz para aplanar la curva de contagio y la demanda de electricidad industrial disminuyó 14,5% anual en los últimos 15 días. Esto sugiere que la mejora observada desde abril (-50% interanual) se detuvo. Pero la cuarentena no hizo que la producción volviera a los niveles de mayo”, continuó esa firma.

Al respecto, la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba) informó que, con la reapertura de comercios, la facturación promedió 30% de un día previo a la cuarentena y la pandemia.

En Analytica consideran que junio y julio mostrarán “recuperaciones mensuales más modestas que las de mayo, cuando la economía “rebotó” 10% mensual desde el piso de abril. Los crecimientos mensuales serán “del orden del 1 o 2 por ciento por mes”. La caída interanual seguiría en torno al 20 por ciento.

Mientras tanto, la construcción avanza impulsada por la obra púbica en las provincias en las que el distanciamiento social lo permite. Según el índice Construya, la construcción mostró el primer resultado interanual positivo en junio, con un crecimiento del 1,7% desde el mismo mes de 2019. En el año, el sector que más rápidamente genera o destruye empleo acumula un desplome de casi 27 por ciento.

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