Alejada de la tele y de ShowMatch, Feudale apuesta a un emprendimiento de tejidos

Marcela Feudale no participa en ShowMatch por miedo a contagiar de coronavirus a su mamá de 84 años. La locutora histórica de Marcelo Tinelli hace 31 años decidió no formar parte de La Academia hasta que su mamá reciba la segunda dosis de la vacuna Sputnik. Mientras tanto sigue trabajando desde su casa, al frente de tres programas radiales y comenzó un emprendimiento relacionado a la venta de tejidos artesanales.
“A mí siempre me gustó tejer. Empecé a tejer a dos agujas, con mi abuela y mi mamá. Cuando tenía 18 años me había peleado con un novio al que quería mucho y me hice un suéter. Es una terapia, te limpia la cabeza. Cuando empezás a tejer, el problema pasa a un segundo plano. Es muy placentero y te ayuda mucho”, aseguró a Teleshow la conductora de los ciclos Feudale Café (FM Cielo, 103.5), La vuelta de Marcela (RM, AM 680) y El sótano (Radio AMEP).
En junio pasado, en plena pandemia, La Enana compró lana, hizo unos suéteres para ella y decidió armar su propio emprendimiento: Tejidos Artesanales M&F. De esta manera, comercializa a través de Instagram sus propias creaciones: sacos, camperas, suéteres, pulóveres, bufandas, ruanas y otros productos. “Siempre tuve facilidad para el tejido, soy rápida. Son diseños que a mí me gustan. Yo hago lo que usaría. Lo que no me pondría no lo hago”, señaló.
“Quiero seguir con este proyecto de tejidos toda mi vida. Empecé para entretenerme y resultó en un emprendimiento. La psicóloga me dijo que es un tiempo ideal para proyectos cortos. Uno no se puede proyectar más allá de la semana que viene porque no sabés lo que va a pasar. Y me explicó que me satisface tanto porque cada suéter es un proyecto terminado. También me gusta hacer otras cosas por fuera de mi profesión, como cuando estudié Historia o me puse un restaurante. Siempre hay que tener un plan B. Estamos en un país inestable, inseguro en el que tenés que estar preparado”, aseguró.
Más adelante le gustaría tener su propio local de ropa, como cuando era chica y jugaba con su hermana a que tenían una boutique. Aunque sabe que sería todo un desafío en un contexto complejo por los problemas económicos de la Argentina: “Un negocio ahora no se puede. Cuando la pandemia se termine hay que ver cómo quedamos parados. Esto es un verdadero quilombo. Tengo la fantasía de abrir mi propio local y si no se puede seguiré vendiendo por Instagram”.
Respecto a su vuelta a la pantalla chica, todavía no sabe cuándo se sumará al ciclo de Tinelli: “ShowMatch es un programa que adoro y extraño trabajar ahí. Es una rutina de 31 años. Mi idea era estar hasta el último minuto que estuviera en el aire. Pero esto me excede, le dije a Marcelo que nunca en mi vida pensé en una pandemia… Para volver dependo de la vacunación. Estamos vacunadas con la Sputnik. Ahora mi mamá espera la segunda dosis. Ella se vacunó por primera vez el 29 de abril. Se están cumpliendo los 89 días y todavía no tenemos novedad. Aun no me animo a salir. Le tengo mucho resquemor a este bicho. Pensé que iba a ser un poquito más rápido. Cuando ella reciba la segunda dosis, abriremos la puerta. Mientras tanto seguimos acá, en el búnker”.

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