Artesana wichí formoseña recibió el premio Trayectoria 2020 del Fondo Nacional de las Artes

El Fondo Nacional de las Artes otorgó el premio Gran Trayectoria a la artesana wichí formoseña Norma Rodríguez, quien fue reconocida por su trabajo con tejidos de chaguar. La mujer actualmente preside la Cooperativa de Mujeres Indígenas más grande de la Argentina que nuclea a 2.000 integrantes de las etnias wichi, qom y pilagá del Gran Chaco.
Rodríguez nació y vive en Lote 8, comunidad de aproximadamente 800 habitantes, ubicada en un extremo de la provincia, casi al límite con Salta y Paraguay.
En ese mismo lugar, generación tras generación de mujeres wichis se ocupan de cosechar la planta de chaguar para luego desfibrar sus hojas y obtener hilos resistentes con los que fabrican artículos de uso cotidiano, como bolsas y cuerdas para las cosechas, y, cada vez más, bellos textiles artesanales como carteras, tapices y cintos que comercializan para vivir.
«El chaguar es una planta que sale del monte que se parece a la aloe vera. Le sacamos las espinas que tiene y ahí le machacamos la fibra. Después la dejamos secar al sol. Así queda una fibra muy blanca que unimos en dos para formar hilachas. Ahí empezamos a buscar los colores del monte, que conseguimos de cortezas o raíces», explicó Norma al detallar su labor.
Con esa materia prima se ponen a tejer con puntos antiguos o en telares, técnicas que aprendieron de sus madres y abuelas y que, a su vez, transmiten a sus hijos. Cada pieza realizada lleva dibujos decorativos que se inspiran en los animales y los paisajes que rodean a estas mujeres. Los diseños pueden ser, por ejemplo, unas líneas que imitan el «lomo de suri (ñandú)» o figuras geométricas que parecen «ojos de búho», entre otros.
Desde el año 2000, las mujeres wichis se unieron a otras pilagás y qomle’ec para organizarse y potenciar su trabajo. Así nació, en 2009, la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (CoM.Ar) que Norma preside desde 2018 y que reúne a 23 asociaciones y 2.000 personas.
«Desde niña me gustaba tejer. Cuando agarro el chaguar me siento muy contenta porque el tejido significa para mí sostener a mi familia, mis hijos. Me da tanta felicidad porque si no fuera por este trabajo de mujeres indígenas, no podríamos conseguir lo que necesitamos para nuestras casas», resumió.

-¿Qué es la CoM.Ar y
dónde radica su importancia?
-La Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco nos permitió organizarnos como mujeres indígenas de las etnias wichi, pilagá y qomle’ec. Fue y es un largo aprendizaje. Primero, nos juntamos en cada asociación y luego nos reunimos las 23 para formar la cooperativa. Ahora, con el problema del virus, nos permite estar conectadas. También es importante para nosotros porque a través de nuestra organización hacemos cursos e invitamos a los jóvenes a que aprendan no solo a tejer sino también a teñir con los colores del monte. Queremos que no dejen de usar esta técnica y continúen cuando ya no estemos más nosotras, para que no se pierda nuestra cultura.

-¿Qué otras actividades
organiza la Cooperativa?
-También concebimos proyectos para que las comunidades puedan trabajar. La cooperativa nos ayudó mucho porque a través de ella hombres que no tenían trabajo pudieron vender el carbón y la leña que producían. A través de esta organización de mujeres conseguimos apoyarlos y también sembrar huertas que consumen nuestras comunidades. A veces es muy difícil, pero gracias al trabajo cooperativo nos ayudamos en cada comunidad.

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