Beto Casella reveló detalles del encuentro íntimo entre Graciela Alfano y Rodrigo: «Yo fui testigo»

El conductor de Bendita contó que fue el autor intelectual de la tapa que protagonizaron la diva y el cantante y que terminó en una relación sexual.
En sus años de periodista gráfico, Beto Casella fue el ideólogo de la famosa tapa de Gente que, bajo el título “El Potro y La Potra”, mostraba toda la sensualidad de Graciela Alfano y Rodrigo Bueno. Era el final de la década del ‘90, cuando el cuartetero fallecido el 24 a junio del 2000 se encontraba en la cima del éxito y al actual conductor de Bendita se le ocurrió juntarlo con la sex symbol número uno de la Argentina, sin imaginar que la entrevista terminaría en un encuentro íntimo entre ambos.
Tiempo más tarde, fue la misma Alfano quien reconoció el affaire. Y, este viernes, Casella dio los detalles de esa relación en un móvil con Socios del espectáculo, el programa que lideran Rodrigo Lussich y Adrián Pallares y del que la diva es panelista. “Yo fui testigo. Yo la vi a Grace hacer el amor”, comenzó diciendo Beto frente al asombro de todos. Y preguntó: “¿Lo cuento? ¡Es picante!”. Pero, sin dudarlo, arrancó con su relato.
“El mejor momento de Grace duró 30 años, no es que tuvo un momento y pasó. Fue la gran hembra argentina junto con otras cuatro o cinco durante tanto tiempo y lo sigue siendo. Ella estaba, espectacular como ahora, y Rodrigo en su mejor momento. Corría el año ’98 o ‘99, por ahí”, contó para contextualizar la portada. Y continuó: “Se me ocurre y digo: ‘¿Che, qué tal si hacemos una tapa entre ellos como ‘El Potro y la Potra’?’ La verdad es que Gente jugaba con los títulos, con la imagen, muchos cambios de ropa”.
Lo cierto es que, según confesó el periodista, el clima de la producción fue tomando temperatura. “Yo caí ahí con mi grabadorcito, joda, el champagne, mucha ropa, El Potro en calzoncillo, Grace en topless, solo con bombacha…Porque íbamos a hacer una toma con esmoquin, pero después otra en cuero…”, dijo. Y siguió: “Medio que ya habíamos hecho como tres horas de fotos y la entrevista con ellos. Y ahí empezó el juego de manos mutuo, entre ellos. Rodrigo le decía: ‘Necesitás unos masajes’. Ella que no se quedaba atrás, le decía: ‘Acá, un poquito más adelante’. Ahí empezó el toqueteo”.
Según el relato de Casella, sobre el final de la jornada todo se había descarrilado. “Cuando empiezo a ver que hay manos en lugares genitales, dije: ‘¿Está bien que yo esté acá?’. Me acuerdo que tiré una cosa como: ‘¡Epa, esto pasó a mayores!’. Y no me contestaron. Rodrigo empieza a transpirar un poquito y, cuando me quise acordar…¿Viste cuando te dicen: ‘Mirá la puerta’?. Me fui, tranqui”, narró. Y explicó que, aunque salió del lugar, siguió mirando la escena desde unos cinco metros de distancia. “Estaban haciendo una cosa plásticamente muy linda y cuidada”, recordó.
Hace ya unos años, Graciela había contado que después de esa producción el cantante y ella habían ido a la maisón de Jorge Ibañez, ya que ella tenía que devolver la ropa que había utilizado para las fotos. Y que, como había una guardia periodística que no les permitía ir juntos a ningún otro lado, se terminaron encerrando en el camarín privado del diseñador para concretar el encuentro íntimo, que luego se habría repetido varias veces en el departamento de Alfano.

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