Bolsonaro, a todo o nada, lanzó amenaza golpista a la Corte y dice que no cumplirá órdenes judiciales

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó ayer una serie de advertencias golpistas al afirmar que no acatará las decisiones del juez de la corte que lo investiga por ataques contra la democracia y amenazar con no aceptar el resultado de las elecciones del año que viene, que reiteró que «no serán transparentes», a la vez que aseguró que «apenas Dios» lo sacará del cargo.

En dos manifestaciones -la primera en Brasilia por la mañana y por la tarde de este martes en San Pablo, con público por debajo de los 2 millones que pronosticó- Bolsonaro amenazó con salirse del Estado de Derecho y aseguró que «nunca» será detenido, ya que sus opciones son «entre la muerte y la victoria».

En una convocatoria en coincidencia con los 199 años de la Independencia de Brasil, Bolsonaro dio un discurso sin alusiones a cuestiones de la economía real o la pandemia e intentó tener su día de gloria, pero no se produjo la marea humana que la ultraderecha buscaba ni tampoco una acción tipo invasión al Capitolio, a imagen y semejanza de lo que hicieron los seguidores de Donald Trump en Estados Unidos, como se temía.

Alexandre de Moraes, el juez del Supremo Tribunal Federal que lo investiga por acciones antidemocráticas, fue el blanco de sus criticas.

«Cualquier decisión de Alexandre de Moraes, este presidente no la va a cumplir. La paciencia del pueblo ya se agotó, tiene tiempo él todavía de poner las barbas en remojo y ocuparse de su vida. Para nosotros el no existe más», afirmó el ultraderechista excapitán del Ejército al hablar en San Pablo, la mayor ciudad del país.

Las decisiones jurídica que tomó Moraes contra Bolsonaro y sus aliados se basaron sobre denuncias de la Fiscalía General de la República.

Bolsonaro fracaso al presentar ante el Senado, el mes pasado, un pedido de impeachment de Moraes, convertido en el villano de las manifestaciones de este martes.

Bolsonaro también volvió a agitar el fantasma del fraude en las elecciones del próximo año pese a que el Congreso le bloqueó su intento de cambiar el sistema de urna electrónica que rige desde 1996.

«Queremos elecciones limpias y auditables. No podemos admitir elecciones que no ofrezcan seguridad», afirmó en otro trecho de su discurso Bolsonaro.

En Braslia, unas 100.000 personas llenaron una de las plazas de la Explanada de los Ministerios en una movida financiada por el agronegocio de cinco estados cercanos a la capital federal, mientras que en San Pablo la policía contabilizó 125.000 personas.

«Les digo a los canallas que nunca seré preso», dijo Bolsonaro, que cargó contra Moraes, que investiga acciones golpistas del movimiento bolsonarista contra la democracia y contra el titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luiz Barroso.

Y repitió lo de varios días atrás: «me sacarán muerto o con la victoria».

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