Carta abierta: “Señor gobernador Gildo Insfrán, las enfermedades mentales por retrasos madurativos no son un insulto”

Soy padre de una nena con retraso mental agudo por haber contraído a los 3 meses de vida Menengitis e hidrocefalia con secuelas de un retraso mental con retardo madurativo.

Sabemos que nuestra hija no podrá hacer muchas de las cosas que otros llamado normales como usted por ejemplo pudiera hacer o lograr, pero ella para nosotros, sus  padres, para nuestra familia es la razón de nuestra vida, nos alegra cada segundo, a lo que podemos llamarla: UN SER DE LUZ.

Quizás usted piensa y sienta que las personas con retraso mental sea un castigo, un insulto,  un agravio tan grande que no se puede soportar,  pero se equivoca una y otra vez. 

Ellos nos dan su amor incondicional,  dependen de nosotros y nosotros de ellos, saben, presienten  nuestros estados de ánimos y con su mirada nos hablan, nos consuelan y nos entienden.

A ellos les falta muchas cosas, pero a usted señor gobernador lo que le falta es la sabiduría de su silencio,  y le falta medir las consecuencias de sus dichos. 

Cándido “Mingo” Hernández

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