Más de 25.000 chilenos conmemoraron en su mayoría de forma pacífica ayer en Santiago y otras ciudades del país el primer aniversario de las masivas protestas sociales que estallaron a fines del año pasado contra la desigualdad, que dejaron más de 30 muertos, miles de heridos y severos daños materiales. Durante las protestas, un grupo de encapuchados incendió dos iglesias, una de las cuales se derrumbó producto del deterioro generado por las llamas.
Los manifestantes se reunieron en una céntrica plaza de la capital en una concentración que fue ganando fuerza con el paso de las horas. Golpeando ollas, agitando carteles y pancartas, los participantes llamaban a votar «Apruebo» el próximo domingo en un referendo sobre la posibilidad de escribir una nueva Constitución que reemplace al texto que data de la dictadura militar, una demanda clave de las protestas de 2019.
Las protestas en Santiago, en gran medida pacíficas al inicio de la jornada, fueron empañadas por incidentes de violencia, saqueos y enfrentamientos con la policía en varios puntos de la ciudad.
Una iglesia consumida por el fuego y otra muy dañada en las cercanías de la Plaza Italia de Santiago, fue el resultado de ataques violentos.
