Christian Sancho y el día que conoció a su padre biológico, recién a sus 42 años: «No sentí el abrazo de un papá»

Christian Sancho no es una figura que abra seguido las puertas de su intimidad, pero en esta oportunidad eligió a Moria Casán para contar algunos detalles del reencuentro con su padre biológico, quien lo abandonó de chico y volvió a verlo cuatro años atrás.
“Yo le agradecí mucho a él haberme dado la posibilidad de tener un verdadero padre, que es Juan Sancho”, comenzó expresando el actor de 46 años en Moria es Moria (El Nueve). Y detalló: “Él cometió la torpeza de abandonarme de muy chico, habrá tenido sus motivos, sus miedos…Mi madre a los 17 años tomó la valentía de tenerme”. Acto seguido, habló puntualmente del reencuentro: “Se dio porque yo casualmente iba a Miami, que él vive allá. Gente conocida nos contactó, viste que hoy por redes sociales es mucho más fácil. Yo le tengo mucho respeto, le agradezco haberme dado la vida, pero es una persona que no conozco tanto”.
“Había viajado con mi familia para ir a Disney, tenía un break de un mes, y tomé un vuelo, y cuando se dio esa posibilidad, tengo que ser un honesto, fue un abrazo de una persona que no conozco, pero había un cartelito que decía ´éste es tu papá biológico´. No sentí el abrazo de un padre, de alguien que es entrañable en tu vida. Porque todo eso es mi papá Juan”, continuó.
En ese sentido, reveló que no siempre supo que la persona que lo crió no era su verdadero padre. “Me enteré a los siete años y para mí fue un cimbronazo a nivel madurez enorme. Me lo dijo mi mamá porque en aquel momento había una ley que decía que a los 7 años él podía venir a buscarme y me podía llevar. Era otra época en el año 1982”, señaló. Y rememoró: “Mi papá en 1977 adopta a una persona y en ese momento era muy juzgado él por su familia, por sus amigos. Y siempre le agradezco eso, fue una persona que me enseñó lo que es ser un hombre con todas las letras. Hablo de Juan, mi padre, no tengo otro”.
Sin embargo, reconoció que vio en su progenitor similitudes con él: “También es una foto o una radiografía de lo que puede ser tu vida más adelante… Y qué querés corregir y cómo querés ser, porque el ADN está. Y cuando lo vi, había muchas similitudes, más allá del parecido físico. Fue como enfrentarme a un espejo, pero también entendí que somos muy distintos en lo emocional. La terapia me hizo muy evolucionado”.
Por otra parte, también se refirió al accidente que le cambió la vida. “A los 3 años tuve el accidente, que dejó sus secuelas. No quedé en silla de ruedas, pero no podía hiperventilar, tenía que tener muchos cuidados, tomar medicación, psicólogos. Había un montó de cuestiones que me volvieron un niño maduro que no podía hacer deportes; pero apenas empecé a jugar al rugby me encantó y se convirtió en mi terapia, en mi liberación. Ese primer entrenador me enseñó a correr, a saltar, a los 10 u 11 años”, explicó el actor. Y cerró: “A los 17 me voy de gira a Nueva Zelanda y él se emocionó porque jugué de una manera increíble. Con el tiempo, yo agradecí mucho eso, ese viaje me marcó la vida porque me hizo querer conocer culturas, me abrió”.

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