Observo que en escuelas y colegios de día durante los fines de semanas las lámparas están innecesariamente prendidas. Que alguien responsable le ponga fin a esta situación. Cuidemos la energía y pongamos a luz a nuestras neuronas para percatarnos que el mal solo avanza cuando «los hombres buenos no nos involucramos».
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