«El extraterrestre de Vaca Perdida» (Por Juan Ramón Lezcano)

En un barrio de la ciudad, durante una conversación con un grupo de personas supersticiosas, alguien mencionó haber visto un plato volador. Yo respondí erróneamente que no existen. Sin embargo, un joven intervino asegurando que sí existen.

«Mi tía, la más linda de la familia, que vive en Vaca Perdida, fue llevada por un plato volador durante mucho tiempo», contó.

«¿Cuánto tiempo?», pregunté asombrado.

«Desde media mañana hasta cerca de la medianoche», respondió el joven, según su madre.

Al parecer, los extraterrestres devolvieron a la tía cerca de su casa en el monte. Al ser encontrada, hablaba en un idioma ininteligible, como poseída. Sin embargo, no mostraba otros rasgos extraños. Después de unos días, volvió a la normalidad y contó que los extraterrestres la habían llevado.

Con el tiempo, la familia y la propia tía se dieron cuenta de que los extraterrestres la habían violado, ya que su abdomen comenzó a crecer. Nueve meses después, nació un niño con características idénticas a las de los humanos, cabello rubio y ojos azules.

Este «extraterrestre de Vaca Perdida» creció, estudió y se recibió de maestro de grado en una localidad del interior provincial. Hoy, vive solo en el barrio Illia y está a punto de jubilarse.

Esta historia me hace reflexionar sobre cómo a menudo creemos saber qué existe y qué no, pero la vida nos demuestra lo contrario. Al igual que los platos voladores y sus extraterrestres, la oposición nos engaña diariamente a través de las redes sociales y medios de comunicación monopólicos.

J.R Lezcano
Partido Nuevo Encuentro

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