El Gobierno presentó su Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2020-2023, con la que busca que el acceso y uso sostenido de servicios de crédito y modos de pago electrónico sea una política de Estado, de modo de reducir las brechas sociales, territoriales y de género en los próximos años.
En ese sentido, los ejes de la ENIF serán los de acercar nuevos productos y servicios financieros a la población, una activa política de educación y la promoción para la interoperabilidad entre el sistema financiero tradicional y las nuevas plataformas de pago, fomentando la inclusión de los sectores más vulnerables.
«Nuestra meta es que no sólo la población pueda acceder a servicios financieros, sino que tengan una mayor profundidad en su uso, de modo que puedan reducirse las brechas sociales, territoriales y de género que existen en la sociedad», explicó Diego Bastourre, secretario de Finanzas y presidente del Consejo de Coordinación de la Inclusión Financiera (CCIF), encargado de llevar adelante la ENIF.
El Consejo es un órgano interministerial, creado en el ámbito del Ministerio de Economía, con el objetivo de elaborar e implementar la ENIF e integrado por representantes de 14 dependencias del Estado Nacional, además de contar con la participación externa de más de 20 bancos, universidades e instituciones del sector privado.
Según datos del Banco Central (BCRA), el 90% de las transacciones que se realizan en la Argentina son con efectivo, por lo que hay un margen muy grande para avanzar en la digitalización de pagos.
«Este año se han hecho avances muy grandes. Se abrieron 4,8 millones de cuentas bancarias, gracias a programas como el IFE y el ATP, y crecieron un 40% los puntos de acceso al efectivo. Creemos que esto es una base para progresar y llegar a sectores aún marginados de los servicios financieros», agregó Bastourre, durante una presentación en el Ministerio de Economía, acompañado por Mercedes D’Alessandro, directora nacional de Economía, Igualdad y Género; y Mariano Sardi, subsecretario de Servicios Financieros.
Al respecto, una de las líneas de trabajo del Consejo que tendrá mayor peso en el trabajo es el acercamiento de productos y servicios financieros bancarios a sectores de bajos recursos, adultos mayores, jóvenes, y género.
«El mayor problema para la inclusión financiera no es la oferta de servicios financieros, sino la demanda, en particular de sectores que no tienen acceso a la información, a la educación o a la posibilidad material de tener contacto con ellos. Es sobre esos sectores donde más queremos trabajar», detalló Bastourre.
El Gobierno presentó la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera
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