Femicidio de Priscila: el tío dijo que la mató «por venganza de un trauma de la niñez»

Mientras avanza la investigación se conocieron nuevos detalles del brutal femicidio de Priscila Martínez, la adolescente de 15 años que estuvo desaparecida y encontraron asesinada después de casi dos meses en Santiago del Estero. Rubén Ávila, su tío y asesino confeso de la chica, declaró ante la Justicia y dijo que la mató por venganza.
Pese a la insistencia de su abogada defensora para que guardara silencio, el femicida de Priscila pidió declarar y durante unos 45 minutos por videoconferencia hizo un relato detallado del crimen de su sobrina.
Según su testimonio, que fue difundido por Noticiero 7, pasó a buscar a la víctima y le ofreció dinero a cambio de que lo acompañara a su casa para lavar algo de ropa y coser un pantalón. Ella aceptó y, mientras estaban juntos, un «recuerdo traumático» de su niñez lo enfureció.
Ávila confesó que cuando era chico la madre de Priscila lo acusó de un robo y que por ese motivo sus padres lo habían echado de la casa, por lo que tuvo que vivir en la calle durante varios años.
En base a sus dichos, la venganza contra la madre de lo menor sería entonces el motivo que lo llevó a atacarla en medio de un «momento de ira». Mientras Priscila gritaba y trataba de defenderse, Ávila le hizo golpear la cabeza contra la pared, la tiró al piso y la ahorcó con sus propias manos hasta matarla.
Tras cometer el femicidio, tapó el cuerpo con una bolsa y fue hasta la casa de Priscila, donde con total frialdad tomó mate con la madre y las tías de la víctima. Cuando volvió a su casa escondió el cuerpo debajo de la cama y recién cuatro días después cavó el pozo, la desnudó y la enterró.
Ávila de deshizo de la ropa de Priscila el viernes 28 de febrero y al día siguiente, una semana después de matarla, fue a trabajar, cobró su salario y compró dos bolsas de cemento. El domingo 1 de marzo contrató a un albañil para realizar el contrapiso, pero aseguró que el trabajador no estuvo involucrado en el crimen ni sabía de la existencia del cuerpo.
Durante toda esa semana en la que Ávila convivió con el cuerpo de su sobrina nunca dejó de hacer su vida normal e incluso, declaró, fue a visitar dos veces a la familia de la víctima y les dio dinero para que compraran comida.
También, consciente de que la policía buscaba a su sobrina, en esos días fue que escribió una nota haciéndose pasar por ella para desviar la investigación. “Hola tía, no me busques estoy embarazada, me junté. No vuelvo”, decía.
Aunque todavía no descartan que Priscila haya sufrido un abuso sexual, hipótesis que alimentó el hecho de haberla encontrado sin ropa, Ávila aseguró que no la violó. En cambio, unos días después fue a bailar con sus amigos y atacó a golpes y abusó de otra adolescente, motivo por el cual terminó detenido el pasado lunes 10 de abril. Priscila, mientras tanto, seguía enterrada debajo de su cama.

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