Fernández abogó por la «unidad» de los argentinos y reactivar la economía

El presidente Alberto Fernández juró en el Congreso de la Nación y abogó por la «unidad» de todos los argentinos, la reactivación de la economía, la disminución de la pobreza, la integración regional, la reforma de la Justicia federal y la profundización de la democracia.


En su discurso ante la Asamblea Legislativa aseguró que «viene a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato social», prometió un «conjunto» de medidas económicas y sociales para volver «a encender los motores de la economía» argentina y anunció la reforma de la Justicia federal y intervención de la Agencia de Inteligencia (AFI).

El jefe de Estado dijo que el 10 de diciembre “no es un día cualquiera en nuestra memoria colectiva” y recordó la asunción del radical Raúl Alfonsín en 1983, tras el fin «de la más cruel de todas las dictaduras que hemos debido soportar”.

«Los argentinos hemos aprendido así, que las debilidades y las insuficiencias de la democracia solo se resuelven con más democracia. Por eso hoy quiero iniciar estas palabras reivindicando mi compromiso democrático que garantice entre todos los argentinos, más allá de sus ideologías, la convivencia en el respeto a los disensos», enfatizó.

El jefe de Estado renovó su dese de cerrar la grieta y unidad a los argentinos. “Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social. Un contrato social que sea Fraterno y Solidario. Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente. Solidario, porque en esta emergencia social, es tiempo de comenzar por los últimos, para después poder llegar a todos”, expresó.

En ese sentido, exhortó a «superar el muro del rencor y del odio» entre argentinos. «Tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Y, finalmente, tenemos que superar el muro del despilfarro de nuestras energías productivas. Estos muros, y no nuestras ideas distintas, son los que nos dividen en este tiempo histórico», sentenció.

Fernández denunció que más de 15 millones de personas sufren de «inseguridad alimentaria» en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo. «Necesitamos que toda la Argentina Unida le ponga un freno a esta catástrofe social. Uno de cada dos niñas y niños es pobre en nuestro país. Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad», remarcó, y ratificó que su primera medida será lanzar un Plan Integral Argentina Contra el Hambre.

Con tono papal, Alberto aseguró que «los marginados y excluidos» de la Patria, los «afectados por la cultura del descarte», no sólo necesitan que con premura un «pedazo de pan» al pie de la mesa. «Necesitan ser parte y ser comensales en la misma mesa. De la mesa grande de una Nación que tiene que ser nuestra Casa Común. Esto nos exige reorientar prioridades en nuestra economía y en nuestra estructura productiva», subrayó en referencia a la Encíclica Laudato Sí, del Papa Francisco.

“Hemos llegado a esta situación porque se aplicaron muy malas políticas económicas, que la mayoría del pueblo argentino las descalificó en las últimas elecciones”, describió el presidente.

El mandatario lamento que las economías familiares se encuentran «asfixiadas» por los altos niveles de endeudamiento, a tasas usurarias, y alertó que miles de argentinos tomaron créditos para comprar alimentos y remedios o para pagar las facturas de los servicios públicos. «Las abuelas y abuelos se endeudaron para comprar medicamentos y empezaron a comer menos y peor. La situación de las PyMEs tiene también proporciones dramáticas, requiriendo un alivio fiscal y estímulos apropiados. La capacidad ociosa de nuestras fábricas, industrias y comercios también constituye un despilfarro de energías productivas», describió.

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