Fernández: «La unidad es el cambio que necesita Argentina para diagramar otro país»

El presidente Alberto Fernández propuso la «unidad» como el «cambio» que necesita adoptar la Argentina para «diagramar otro país», que fortalezca «sociedades entre el Estado, el sector privado y los trabajadores» y acuerdos regionales para «aprovechar mejor la globalización» y desterrar la pobreza.
«La pandemia (de coronavirus) nos enseñó algo que hace muchos años los argentinos no practicábamos: la unidad. Y esta oportunidad nos va a permitir diagramar otro país, definitivamente inclusivo, que trabaje para superar la pobreza y para eso hace falta inversión, producción, trabajo y desarrollo», afirmó Fernández.
El Presidente formuló estos conceptos al disertar en un encuentro virtual organizado por el Consejo de la Américas, acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
En una larga exposición, en la que remarcó el «esfuerzo» del gobierno en la renegociación de la deuda externa y pidió la «comprensión» de los bonistas ante la situación del país, Fernández marcó como ejes centrales de su gestión «inversión, producción, trabajo y desarrollo» y advirtió que «no hay forma de cambiar determinadas estructuras», si no es apuntalando esas premisas.
«Queremos que este momento trágico pueda convertirse en una oportunidad para hacer un sistema de desarrollo más equilibrado y mas justo», expresó y convocó a los países de la región a «aprovechar mejor la globalización» y unirse para ver «qué mejores acuerdos» se pueden lograr.
Convencido de que el coronavirus «generó un daño indudable en las estructuras económicas del mundo», Fernández recordó que al llegar al gobierno, en diciembre pasado, la Argentina ya presentaba «muchas dificultades», con un «36% de pobreza, un nivel de endeudamiento que comprometía casi el 100 por ciento de su PBI» y un alto nivel de inflación.
«La pandemia nos obliga a pensar cómo desarrollar una Argentina más equilibrada; el desafío del futuro es hacer un país que se desarrolle y que nadie que tenga un mínimo de ética pueda vivir en paz donde 4 de cada 10 argentinos son pobres», señaló Fernández, para quien la clave para terminar con ese problema es «inversión y empleo».
Admitió que en sus objetivos, la deuda «es un gran condicionante», ratificó su compromiso para que el esfuerzo no recaiga «siempre» en los más vulnerables e insistió: «Éticamente el deber que tenemos con esos sectores es tenderles una mano y sacarlos de la pobreza».
La «postración económica» del país será desactivada, según el plan expuesto por Fernández, a través de iniciativas enfocadas a la producción público-privada y que contemplan también el desarrollo de la hidrovía del Paraná, gas licuado, acuerdos con Chile para la salida al Pacífico, desarrollo no contaminante de la industria minera, industria pesquera y de software, entre otros rubros.
«Argentina sigue siendo un país que estructuralmente tiene mucha riqueza, que necesita de la asociación del Estado con el capital privado», subrayó y pidió «volver a unirnos», dejar de lado las «antípodas» y avanzar en «acuerdos que permitan alcanzar más rápido, más desarrollo y de forma más integrada».
«Podemos trabajar juntos; la Argentina de los últimos años fue la de ‘los unos y los otros’; hay que terminar con esos falsos dilemas», juzgó y postuló un «acuerdo social» en el nuevo mundo, que tendrá como «verdaderas riquezas» a la educación, la ciencia y la tecnología.
Puso como ejemplo el nuevo satélite desarrollado por la Argentina, un logro que la ubica entre sólo 10 países del mundo con capacidad para esa industria, y dijo que, por eso, «el principal desafío» de su gestión es la educación.
«Nuestra gran preocupación es que la educación llegue a todos; si llega, todos tendrán futuro», pronosticó.

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