Heather Locklear cumple 60 buscando dejar atrás su oscuro pasado

Con apenas 21 años, desembarcaba en la televisión norteamericana una joven actriz que arrasaría en la pantalla chica durante las siguientes décadas. Se trataba de Heather Locklear, nacida un 25 de septiembre de 1961 en Los Ángeles, decidida a triunfar ante las cámaras. Sin embargo, lo que comenzó como una carrera meteórica tuvo el mismo impacto en la caída: luchó contra las adicciones a distintas sustancias desde su salto a la fama, y sus continuas internaciones empezaron a afectar el plano laboral.
En 1982 acaparó las miradas cuando consiguió su primer papel protagónico en la serie T. J. Hooker: allí se puso en la piel de la policía novata Stacy Sheridan, junto a Adrian Zmed como el oficial Vince Romano, Richard Herd como el capitán Dennis Sheridan y luego se incorporaría James Darren como el uniformado Jim Corrigan. Toda la trama transcurría en un ficticio departamento de fuerzas especiales, y lo que comenzó como una participación se convirtió en un papel fijo hasta 1986.
Ese mismo año, cuando culminaba una importante etapa profesional, dio un gran paso en su vida real: se casó con el músico Tommy Lee. El contraste entre el rostro angelical de la rubia del momento y la apariencia rockstar del baterista de Mötley Crüe llamaba la atención, pero la feliz pareja apostaba a envejecer juntos.
“Creo que seremos la abuela y el abuelo más geniales del mundo; llegaremos a 85 o 90 juntos”, declaraba el flamante esposo de la actriz. Después de siete años de matrimonio el tiempo demostró lo contrario y firmaron el divorcio en 1993, luego de que él asumiera que la había engañado con una estrella de cine condicionado.
Dicen que los primeros trabajos nunca se olvidan, y ese fue en el caso de Locklear. Gracias a aquel exitoso debut actoral conoció al productor Aaron Spelling, quien la vio actuar en la ficción policial y no dudó en tenerla en cuenta para futuras oportunidades. La promesa no tardó en cumplirse y la convocó para formar parte de la famosa serie Dinastía, donde permaneció hasta 1989.
Con vaporosos vestuarios y peinados batidos, brilló bajo el personaje de Sammy Jo Carrington, la sobrina de Krystle Carrington, interpretada por Linda Evans. Aunque recién estaba dando sus primeros pasos en las grandes ligas, se adaptó al vertiginoso ritmo de grabaciones junto a consolidadas actrices, como la propia Evans y Joan Collins.
La racha de éxitos no terminó en esas dos producciones, y en 1993 llegó su verdadero papel dorado: la malvada Amanda Woodward en la serie Melrose Place, que iba a ser adorada por el público durante siete temporadas. La ficción había empezado con el pie izquierdo, y fue por eso que la llamaron. Cada vez que aparecía en escena duplicaba la audiencia, y los que iban a ser cuatro episodios por contrato se convirtieron en el rol de “estrella principal invitada” hasta 1999.
Una vez más tuvo que ver su padrino artístico, Spelling, que formaba parte del equipo de producción junto a otros profesionales de renombre, como es el caso de Darren Star, quien luego produciría la icónica Sex and the City. Con el tiempo se ganó la confianza de sus jefes y ella misma consiguió sumarse como productora ejecutiva de la trama, que trataba sobre la vida de grupo de jóvenes que convivía en un complejo de apartamentos.
La villana que la había catapultado a las tapas de las revistas se despidió de las cámaras en la séptima entrega y cerró la historia como una protagonista que buscaba dejar atrás sus errores y elegir el camino de la bondad. Quizás era un simbolismo de la propia vida de Heather Locklear, que empezaba a torcerse por trastornos de ansiedad, adicción a las drogas y depresión.
Hasta el 2002 estuvo en la comedia Spin City, en la piel de la directora de campaña Caitlin Moore. Su incorporación a la serie no fue casualidad: el protagonista era el carismático Michael J. Fox, quien a dos años del estreno anunció que padecía la enfermedad de Parkinson. En este sentido, la llegada de Locklear escondía la intención de que el actor protagonizara menos escenas, pero a partir de la cuarta temporada no pudo seguir grabando y lo sustituyó Charlie Sheen.
Ese último nombre tendría un rol importante en su vida: Sheen estaba casado con Denise Richards, quien iba a convertirse en una de sus mejores amigas de Heather. Para ese momento la actriz ya había tenido sus segundas nupcias con Richie Sambora, el guitarrista de Bon Jovi, y fruto de ese amor nació Ava, su única hija. Fue en el marco de su matrimonio que volvió al ruedo con las filmaciones y protagonizó El hombre perfecto junto a Hillary Duff, y tal como el título de la película, el sueño de encontrar a su pareja ideal parecía haberse cumplido.
El matrimonio perduró por 13 años, hasta que se separaron en 2007. Un mes más tarde también anunciaban su ruptura Sheen y Richards. El conflicto surgió cuando la actriz supo que su amiga, que vivía en el mismo barrio, había empezado a salir con su flamante ex marido. Fue en ese momento que trascendieron los gritos de Locklear ante todos los vecinos: “¡Tú no existes para mí! ¡Estás muerta!”.
Después de ese segundo divorcio todo empeoró. Desde hacía varios años existía un rumor que se mantenía como un secreto a voces: sus participaciones eran más esporádicas y a veces no estaba disponible para contratos durante varias semanas. Lo que sucedía puertas adentro era una batalla contra las adicciones que quedó en evidencia en 2008, cuando su familia le confirmó a los medios que había decidido internarse de manera voluntaria, bajo el consejo de su psiquiatra, que manifestó su preocupación por sus tendencias suicidas.
Esa fue la primera vez que ingresó a un centro psiquiátrico de Arizona durante un mes. Ese lapso no fue suficiente y al poco tiempo la arrestaron por “conducción temeraria”, luego de descubrir que había mezclado su medicación con alcohol. Salió bajo fianza y se recluyó en los brazos de un nuevo amor: empezó a salir con Jack Wagner, ex compañero de Melrose Place.
Ese noviazgo incluyó una propuesta de casamiento en 2011, pero la ceremonia se canceló a último momento y dieron por finalizado su vínculo. Lo cierto es que desde su primera internación hasta la ruptura existieron una sucesión de detenciones: la actriz chocó contra una señal de tráfico y la detuvieron; hubo denuncias por violencia doméstica desde ambas partes de la pareja; fue hospitalizada por una intoxicación; y finalmente fue detenida de nuevo por agredir a un policía y a un médico, después de amenazar con suicidarse.
El último episodio de su batalla contra las adicciones y la salud mental fue en 2018, cuando los padres de la actriz concurrieron a su domicilio porque les dijo que iba a quitarse la vida. Afortunadamente llegó un equipo médico junto a la policía y lograron llevarla otra vez a un centro psiquiátrico. La revista People asegura que en total fueron entre 20 y 25 internaciones por desintoxicación y tratamiento a lo largo de su vida.
En uno de sus escasos posteos sobre el tema, Locklear escribió una reflexión al respecto: “La adicción es feroz y tratará de derribarte; la recuperación es la mejor venganza”. Y agregó: “Sé amable con todos los que conozcas, tu luz podría cambiar su camino”. Mientras se proponía emprender el camino hacia una vida sana se reencontró con su novio de la secundaria, Chris Heisser.
La pareja había comenzado su romance en 1970, cuando fueron elegidos rey y reina del baile en la preparatoria. Después siguieron caminos separados, pero volvieron a verse en 2017 en una reunión de ex alumnos, y la chispa de la química volvió a encenderse. En 2018 Heather oficializó la relación con una foto en Instagram junto a Heisser: “Mi persona favorita en la Tierra, 40 años más tarde; feliz cumpleaños a mi primer y último amor”.
Aunque tuvieron sus cortocircuitos desde que se dieron una nueva oportunidad en el amor, después de la última internación de Locklear, la relación avanzó viento en popa. Es habitual verlos juntos en publicaciones en las redes sociales, y prefieren mantenerse como eternos novios sin pasar por el altar. Cabe agregar que Heisser también sufrió problemas de adicciones desde su juventud, y en 2020 ambos celebraron su primer año de sobriedad.
El 2021 encuentra a la actriz que surgió en los años 80 con un nuevo semblante: se muestra positiva y celebra cada logro de su hija Ava, de 23 años, quien ya se graduó de la universidad. En este sentido, el exmarido de la actriz y padre de la joven habló con la revista People en 2014 y aseguró: “El tiempo cura viejas heridas, quiero decir, siempre existirá el cariño por la madre de mi hija, y la apoyaremos para que salga adelante”.
En cuanto al plano laboral, Locklear volverá a la pantalla chica a sus 60 años, haciéndole honor a su época dorada en televisión. Será la protagonista de la película Don’t Sweat the Small Stuff (No te preocupes por las pequeñas cosas), producida por Meghan McCain y la señal Lifetime, el canal norteamericano que promueve contenido dirigido al público femenino. El filme está inspirado en el libro del mismo nombre, escrito por Kristine Carlson y su difunto esposo, el doctor Richard Carlson.
Como una muestra de que la vida y la ficción se mezclan de vez en cuando, la actriz será la pieza clave de una historia de superación, donde la protagonista se aferra a las palabras de su marido después de su repentina muerte e intenta sobreponerse para criar a sus dos hijos. Después de cuatro años fuera de los medios, ya salió a luz el tráiler de la película que se estrenará en Lifetime el 16 de octubre.
Este retorno marca una diferencia con todos los papeles que Heather Locklear interpretara en su carrera: su llegada a los sets estuvo marcada por la urgencia de los productores por encontrar una musa que les salvara proyectos en picada, y esta vez será la propia actriz quien intente rescatarse a sí misma, en busca de un punto final para el infierno personal que enfrentó durante dos décadas.

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