La amoralidad como metodología política

La intromisión del poder político provincial en el ámbito académico nos debe llevar a una reflexión profunda acerca de cómo entendemos la autonomía, el cogobierno, la gratuidad, la libertad de cátedra, el respeto por el pensamiento diferente, el debate de ideas. Estos que vienen a”copar “ nuestra universidad, no tienen incorporadas estas prácticas; nos remitimos a las casi tres décadas del unicato en la provincia, no aceptan al que piensa diferente y son los mismos que buscarán regir los destinos de la casa de altos estudios. 

    Se dicen democráticos pero proscriben candidatos, académicos pero no tienen sus concursos en regla para dar fe de su academicismo, pluralistas pero son los mismos de siempre que no dan acceso a pensar diferente, no violentos pero ejercen la violencia desde el escritorio y la lapicera con maniobras burocráticas que no se ajustan a ninguna norma. En síntesis no tienen conciencia del bien ni del mal…y actúan según órdenes.

    Corre peligro el futuro de los jóvenes universitarios si este modelo logra permear en esferas de decisión, con ideas mesiánicas, fundacionales, retrogradas en relación a los nuevos aires que se avizoran con fuerte concentración tecnológica.

    Esta situación de injerencia  del poder político en la universidad comenzó  hace un tiempo, primeramente con la imposibilidad de la firma de convenio con el Ministerio de Desarrollo humano para que los estudiantes de enfermería  hagan sus pasantías. En el mismo sentido y No es casual que en todo el ámbito provincial se creen día a día institutos terciarios y no se fortalezca las carreras  docente de grado universitario. Estas son solo muestras aleccionadoras de cómo no alinearse al modelo, trae consecuencias. Lo peor de todo es que son nuestros jóvenes las victimas y rehenes sin saber los por qués.

    La realidad actual amerita reafirmar los valores, la dignidad y el compromiso con una causa que va mas allá de las banderías políticas, como lo es la defensa de la autonomía. No tengamos miedo a los aprietes, las dádivas y  las amenazas que están al orden del día en todos los claustros. Debemos ser parte activa de esta historia y no claudicar en nuestros principios.  Dependerá de nosotros estar a la altura de los requerimientos. 

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