La autopsia al triple crimen de la familia degollada en La Plata: diez heridas por víctima y un insólito manejo del cuchillo asesino

Poco después del brindis de Año Nuevo, Graciela Holsbak, su marido Raúl Félix Bravo y su nieta Alma fueron asesinados en su casa de la calle 523 de Melchor Romero, uno de los crímenes más grotescos de la historia reciente. Fueron atacados con un arma blanca: la madre de Alma, hija de Holsbak, fue quien encontró los cuerpos y llamó a la Policía Bonaerense, a personal de la Comisaría N°14.
Holsbak fue encontrada en su cama, Bravo en la cocina bajo un mantel. Alma, de apenas cinco años, recibió la peor parte. Sus piernas fueron desmembradas, su cadáver encontrado en una bolsa de consorcio.
El caso quedó en manos de la DDI de La Plata y del fiscal Marcelo Martini, que centró su pesquisa en un joven que estuvo presente según testigos en el brindis del 31 de diciembre: Exequiel, el hijo adolescente de Holsbak, de 17 años, que dejó la casa y es buscado hasta hoy.
Los cuerpos, mientras tanto, fueron remitidos a la morgue de La Plata para sus respectivas autopsias. Hoy se conocen los resultados, que revelan un extraño estilo de matar.
El asesino, determinaron los estudios, utilizó una cuchilla con una hoja de cuatro centímetros de alto y “un filo notable” con la que aplicó entre 10 y 13 heridas cortantes en cada una de las víctimas, según resultados a los que accedió Télam.
“La mecánica del agresor para perpetrar su ataque se dio con mayoría de cortes y no con lesiones punzantes, usando el arma blanca como si fuese un látigo”, apuntó una fuente.
Los forenses lograron determinar que Raúl Bravo falleció como consecuencia de “una herida a la altura del corazón, que ingresó por el lateral”, mientras que Graciela Holsbak presentaba “una herida mortal a la altura del abdomen” y fue la víctima que más lesiones tenía en su cuerpo.
Alma murió por una herida cortante en el cuello. Los peritos constataron que “las lesiones fueron cortantes en las zonas del cuello, tórax, manos y brazos, estas últimas compatibles con maniobras defensivas de las víctimas”.
Exequiel, apuntaron testigos, fabrica cuchillos y heredó un lote de armas blancas de su padre biológico, fallecido años atrás.
Varios equipos de la DDI local rastrillan distintas zonas para intentar dar con el joven de 17 años buscado para que responda por el asesinato de Holsbak, Bravo y Alma, la nieta de Graciela. “Es posible que ya no esté en la ciudad”, asegura a Infobae una fuente policial.
“En estos momentos, parte del personal está abocado a solicitar y revisar cámaras de seguridad de las distintas estaciones de trenes y las terminales de los colectivos. No descartamos que haya tomado algún transporte público para salir de La Plata”, continúa el investigador. Según la causa a cargo del fiscal Marcelo Martini, el prófugo vivía en la misma casa de Melchor Romero donde sucedió la masacre junto a todas sus víctimas, una humilde vivienda ubicada en la calle 523 a metros de la ruta 13.
Por lo pronto, apuntan familiares, el joven borró todas sus redes sociales.

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