La eliminación que cambió para siempre al Cholo: «Tengo un equipo de cagones»

Hace algunos días se estrenó “Simeone. Vivir partido a partido”, la miniserie documental que retrata la carrera del Cholo, enfocada principalmente en la última temporada con el Atlético de Madrid, cuando fue campeón de La Liga. Entre los tantos recuerdos que repasa el técnico argentino, se destaca lo ocurrido el 8 de mayo de 2008 cuando River Plate y San Lorenzo se cruzaron por los octavos de final de la Copa Libertadores.
Simeone venía de consagrarse campeón con Estudiantes de La Plata del Torneo Apertura 2006 en un desenlace vibrante ante Boca Juniors que se definió en una inédita final. En aquel certamen, el Pincha marcó 35 goles en 23 partidos, siete en el clásico contra Gimnasia, y había llegado a ganar 11 compromisos de manera consecutiva: “Lo teníamos que parar para que no atacara tanto”, confesó Óscar Ortega, histórico preparador físico del Cholo, en el documental disponible en Prime Video, la plataforma de streaming de Amazon. Es que en aquel entonces, el estilo de juego del joven entrenador que había tenido una breve experiencia en Racing estaba más asociado a la faceta ofensiva que a la defensiva, aunque la actitud aguerrida también era una de sus características.
En diciembre de 2007, aterrizó en el cuadro Millonario. Allí se encontró con un plantel plagado de estrellas y un club con grandes ambiciones, pero también urgido de títulos después de varias campañas decepcionantes para sus hinchas. El gran objetivo era la Copa Libertadores, que no conquistaba desde 1996. Para eso contaba con jugadores como Juan Pablo Carrizo, Augusto Fernández, Diego Buonanotte, Ariel Ortega, Sebastián Abreu, Eduardo Tuzzio, Aléxis Sánchez, Radamel Falcao y Mauro Rosales, entre otras figuras. “Posiblemente no jugabamos tan en equipo como jugaba el Estudiantes de La Plata campeón, pero de mitad de cancha para adelante cada ataque era peligro de gol”, reconoció el Cholo.
Después de arrasar en la fase de grupos, con 12 puntos en seis presentaciones que le permitieron quedar como líder de una zona en la que estaban América de México, Universidad Católica y Universidad de San Martín de Perú, el sorteo quiso que se encontrara con San Lorenzo en los octavos de final. Aquel equipo del Ciclón comandado nada menos que por Ramón Díaz, contaba con algunos ex River Plate, como Diego Placente y Andrés D’Alessandro, quien había coqueteado con un regreso al conjunto de Núñez, pero por problemas con la dirigencia de José María Aguilar, terminó fichando para el elenco de Boedo.
En la ida, San Lorenzo se impuso por 2 a 1 en el Nuevo Gasómetro, gracias a los goles de Andrés Cuqui Silvera y Adrián González, de penal, mientras que Falcao había puesto el empate transitorio para el Millonario. Una semana después, volvieron a verse las caras, pero esta vez en el Monumental. En el medio, River Plate perdió el clásico con Boca Juniors por 1 a 0 en La Bombonera y el equipo recibió serias críticas: “Nos decían que jugábamos mal. Siempre dicen que jugamos mal, es increíble”, recordó entre risas el entrenador de arqueros Pablo Vercellone en el documental, quien aún sigue trabajando a la par de Simeone en el Atlético de Madrid.
Es que aquel River del Cholo era tildado de ser un equipo demasiado vertical, que apostaba al golpe por golpe y a veces carecía de la tranquilidad y la pausa necesaria para cerrar los partidos y dejar de sufrir. Algo opuesto a lo que hoy en día refleja el Aleti.
Lo cierto es que en la revancha contra San Lorenzo, River golpeó primero y a falta de 20 minutos para el final ganaba 2 a 0, por los tantos de Matías Abelairas y Abreu, de penal, mientras que el Ciclón había sufrido dos expulsiones: Jonathan Bottinelli y Diego El Burrito Rivero. Parecía entonces que la serie estaba liquidada.
“Los cambios que hice fueron todos a más”, explicó Simeone sobre las modificaciones que realizó cuando su equipo tenía la ventaja en el marcador: entraron los delanteros Mauro Rosales y Alexis Sánchez, en reemplazo de los mediocampistas Augusto Fernández y Matías Abelairas. Modificaciones que también recuerda el uruguayo Abreu: “Tenía que haber metido todos defensores por más que quedaba como un cagón y terminábamos 2-0″.
Finalmente, pasó lo inesperado: Gonzalo Bergessio marcó dos goles en tres minutos y, con el 2 a 2 (4-3 en el global), San Lorenzo se clasificó a los cuartos de la Libertadores, sentenciando así una de las remontadas más épicas de la historia del certamen y una de las derrotas más humillantes para el club de Núñez.
Al entrar al vestuario, después de semejante eliminación, Simeone fue contundente al dirigirse hacia sus jugadores: “Les dije lo que sentía, ‘Lo que más me duele es que tengo un equipo de cagones, pero lo peor es que el equipo de cagones lo lidero yo, tenemos cuatro fechas para salir campeón, no hay otra posibilidad’. Y me fui. Creo que me habrán dicho de todo, pero era lo que sentía”.
River Plate se consagró campeón del Torneo Clausura ese mismo semestre en un espectacular sprint final. De las seis jornadas que restaban, ganó cinco y empató una (0-0 con Independiente) y obtuvo el título una fecha antes del final, en el Monumental, ante Olimpo de Bahía Blanca.La eliminación que cambió para siempre al Cholo Simeone: «Tengo un equipo de cagones»
Pese al título conseguido, aquella eliminación con San Lorenzo quedó grabada para siempre en el técnico que ahora se destaca en el Atlético de Madrid. Desde ese entonces, sufrió una metamorfosis en su estilo de juego, que se fue inclinando más hacia el plano defensivo, por sobre lo ofensivo, algo que se vio claro en su paso por el Catania en la Serie A y que hoy en día está plasmado en el elenco Colchonero y queda aún más evidenciado en la miniserie documental.

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