Aumentó el pasaje de colectivo, el precio del combustible, la inflación, la inseguridad, la frecuencia de Crucero del Sur, los incidentes de tránsito, la temperatura, las mentiras de los políticos, y las mercaderías. Y si, cansa hablar de tanto aumento, elevación, subidas, y demás sinónimos, pero es nuestra realidad del día a día.
Como si le sobrará credibilidad a este gobierno, después de 35 días se descongelaron los precios de los combustibles y las petroleras nos enchufaron un aumento del 4%, casi de inmediato, porque como siempre, cuando algo tiene que aumentar se aumenta lo más rápido posible, más rápido que motoquero en ruta 81. No tanto como la frecuencia de Crucero del Sur durante esta semana.
Figurita repetida. Pero hasta se tomaron la atribución de declarar el servicio de emergencia por falta de combustible, algo que solo puede hacer la municipalidad, que puede autorizar el aumento, hacer los trámites para que los usuarios ya paguen los 25 pesos pero no controlar exhaustivamente las frecuencias y los horarios.
Y siguiendo con temas de la ciudad, ya se comenzaron a multar a las motos y autos mal estacionados, y el costo por multa ronda los $ 2.400, tan solo $ 100 menos que la primera cuota del bono anunciado por Gildo Insfrán.
La inflación otra vez aumentó, y para no ser pobre se necesitó ganar en agosto más de $ 26.500 en una provincia con los mejores salarios del país. Hablando del tema, creció la cantidad de desempleados y empleados en negro, siempre haciendo las cosas bien en este país. Algo así como el aro de básquet que colgaron en la Casa Rosada el 16 de este mes.
Las mercaderías también aumentaron y los precios cuidados siguen descuidándose en los supermercados de la ciudad. También aumentaron los choques, atrozmente algunos fueron fatales y aun así muchos siguen apurados. Aumentaron los secuestros de cigarrillos; las promesas de campaña para las elecciones de octubre. Siguen la inseguridad y los cortes de ruta.
Pasaron muchas cosas, muchos aumentos sobre todo, hasta de los festejos por la primavera.
A cuidarse y a disfrutar de los amigos y la familia.
Por Nathaniel Cáceres
