Los secretos revelados de Will Smith y Jada Pinkett

Si hacemos un ranking de las parejas más estables de Hollywood, ellos ocupan una posición de privilegio. Súper compañeros, divertidos y cariñosos (al menos así se muestran en público), Will Smith y Jada Pinkett disfrutan de su amor frente a las cámaras y han formado una de las familias más queridas del ambiente.
Sin embargo, a lo largo de estos 23 años juntos, no todo fue color de rosas. El matrimonio -que ha pasado por varios altibajos emocionales- ha tenido que atravesar crisis, infidelidades y escándalos mediáticos que los centraron en el ojo de los paparazzi en más de una oportunidad.
De hecho, la última polémica que los convirtió en tema de todos los portales a nivel mundial fue hace unos meses cuando el rapero y amigo de uno de sus hijos, August Alsina, aseguró en un programa de televisión estadounidense que mantuvo una relación durante años con la actriz de Gotham.
Lejos de separarse, Smith y Pinkett aprovecharon esta situación para sacar algunos trapitos al sol y hacer terapia de pareja frente a millones de usuarios en las redes. Hoy, y tras dos décadas juntos, los padres de Jaden y Willow han sabido reconocer sus errores y siguen apostando a esta historia de amor poco convencional pero, al parecer, inquebrantable.

En busca de la felicidad

La pareja de artistas se conoció a principios de la década del 90, cuando Jada (quien por aquel entonces tenía 19 años) realizó una audición para unirse al elenco de El Príncipe del Rap, un ciclo televisivo protagonizado por quien con el tiempo se convertiría en su marido.
Si bien la actriz no fue elegida para el papel (Nia Long le ganó el personaje), el flechazo a primera vista fue mutuo y los artistas nunca perdieron contacto. Por aquellos años, Will estaba casado con Sheree Zampino, con quien tuvo a su primogénito, Willard Christopher Smith III, más conocido como Trey, aunque el matrimonio llegó a su fin en 1995 en medio de un escándalo.
«Me han hecho mucho daño de adulto, pero no creo que nada me haya afectado tanto como el fracaso de divorciarme de la madre de mi hijo, que tenía entonces dos años», expresó el actor, quien -en un principio- se enfrento a una batalla judicial por la custodia de su hijo hasta que decidió alejarse para evitarle un mayor trauma al pequeño. «En ese proceso comenzás a luchar por tus derechos y el niño está en el medio. Creo que mi deseo de que mi hijo no viera peleas ni discusiones [con su madre] me hizo estar ausente como padre. Quería crear suficiente distancia», explicó tras confesar que siempre fue «mucho mejor padre que esposo».
A pesar de sus miedos, inseguridades y su infancia difícil, Will siempre soñó con formar su propia familia. «Había cosas de la educación de mi padre que quería corregir. Él tenía un poco de mal genio y yo era un niño bueno. No uno al que tuvieras que abofetear o golpear, así que crecer en un hogar donde había agresiones físicas, eso realmente hirió mi espíritu», revelo el protagonista de Hombres de negro, que intento ser una versión totalmente diferente con sus tres hijos.

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