Macri almorzó junto a gobernadores y ministros para ajustar la estrategia electoral

En línea con la ronda de diálogo interna y externa que inauguró el fin de semana por la crisis política y económica en la que quedó sumergido tras la derrota en las PASO, Mauricio Macri almorzó este mediodía con los gobernadores del oficialismo a la misma hora en que sus colegas del PJ discutían una posición homogénea tras las medidas anunciadas la semana pasada por el Gobierno.
Con excepción de Alfredo Cornejo -el más crítico de los mandatarios de la coalición de gobierno- de viaje fuera del país, el Presidente conversó en Olivos, entre sopa de zapallo y milanesa con papas fritas, con María Eugenia Vidal -llegó en helicóptero-, Horacio Rodríguez Larreta -el primero en irse-, Gerardo Morales y Gustavo Valdés. Miguel Ángel Pichetto, Rogelio Frigerio y Marcos Peña también fueron de la partida.
La gobernadora bonaerense se fue rauda de la quinta presidencial hacia La Plata, donde tenía previsto reunirse con los intendentes de Juntos por el Cambio, urgidos de cara a las elecciones de octubre.
Morales y Valdés también tenían compromisos con la dirigencia de la UCR en el comité nacional. El Gobierno esperaba después de esa reunión un documento público de apoyo a las medidas tomadas en estos días por la Casa Rosada.
En la comida, fuentes oficiales subrayaron que los gobernadores radicales mostraron recepción a los anuncios gubernamentales.
Según se pudo saber, Macri y los gobernadores analizaron el nuevo escenario tras la salida de Nicolás Dujovne y el ingreso de Hernán Lacunza en Hacienda, las medidas implementadas desde la semana pasada, que tienen impacto directo en los presupuestos provinciales -a diferencia del PJ, no hubo una definición de los gobernadores oficialistas-, y la discusión interna que se debate entre gobernabilidad y transición versus campaña electoral.
Es que, puertas adentro, hay dos bandos. Los que creen que las chances de dar vuelta las generales de octubre y forzar un balotaje son casi nulas y que es conveniente enfocarse en encarar una transición ordenada con el Frente de Todos, y los que fantasean con llegar a la segunda vuelta y apuntar toda la estrategia a la campaña. Macri busca un equilibrio entre ambos sectores.
Es la directiva que impartió el jefe de ministros en estas horas. «Está todo subordinado a la gobernabilidad», remarcó a este medio en la previa uno de los comensales. «Hubo buena predisposición de los radicales», destacó después del almuerzo.
En el primer bando se había ubicado Cornejo antes de irse de viaje. En las horas posteriores al categórico triunfo de Alberto Fernández, el mendocino pidió públicamente un «pacto político» con el candidato del Frente de Todos.
Un rato después del almuerzo, el ministro Hernán Lacunza esperaba en sus oficinas del centro porteño a los referentes económicos del kirchnerismo. El martes había hecho lo propio con Marco Lavagna, de Consenso Federal.
El lunes, el jefe de Estado inauguró en Olivos la nueva mesa de acción política, creada para «coordinar las tareas de los próximos meses». Se sentó junto a Rodríguez Larreta, Vidal, Peña, Pichetto, Mario Negri, Frigerio, Patricia Bullrich, Luis Naidenoff y Elisa Carrió, que llegó acompañada de Mario Quintana.
Histriónica, polémica y cómoda en la adversidad, la líder de la Coalición Cívica tendrá un rol clave en la campaña. Es una de las que quieren dar pelea en octubre.

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