Cinco policías y dos funcionarios civiles fueron imputados por «incumplimiento de los deberes de funcionario público» en relación al femicidio de la maestra Rosa Sulca, quien fue asesinada de 17 puñaladas el 28 de marzo pasado en una vivienda del barrio Villa Mitre, de la ciudad de Salta.
Por el asesinato de la docente de 48 años ya habían sido detenidos días atrás una adolescente de 17 años y un joven de 20, los que habrían cometido el cruento hecho en el marco de un robo.
La imputación de los policías y los funcionarios civiles se relaciona a la cantidad de llamados que realizó la víctima antes de ser atacada a golpes y puñaladas, los cuales no habrían sido atendidos con premura.
En primer lugar, según la información difundida por el diario El Tribuno, los fiscales Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero imputaron y ordenaron la detención de los policías Antonio Exequiel Sanhueso y Juan Carlos Vizgarra, acusados de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona seguido de muerte, ambos en calidad de autores.
Posteriormente, también se acusó del mismo delito a otros tres policías pertenecientes al Sistema de Emergencias 911, y a dos civiles, vinculados al Área de Demanda Ciudadana dependiente del Ministerio de Seguridad.
El crimen se produjo en horas de la madrugada de esa jornada en una vivienda situada Amalia Aybar al 1.400.
A esa hora, la Policía local recibió un llamado de la propia docente, quien señalaba que la querían «matar», mientras que otra voz femenina interrumpía la comunicación para pedir disculpas y decir que su «tía» tenía problemas mentales.
Dos uniformados acudieron a la casa, tocaron el timbre en forma insistente y al no obtener respuesta se retiraron.
No obstante, a las pocas horas, una vecina se comunicó con el teléfono 911 y alertó sobre movimientos inusuales en la casa de Sulca.
Fue así que una nueva comisión policial se hizo presente en la casa y encontró a la docente muerta de múltiples puñaladas en la parte superior del abdomen, mientras que en el lugar se encontró el cuchillo utilizado como arma homicida.
Según contó una conocida, la docente asesinada había alertado varias veces contra dos jóvenes vecinas que le habían robado una notebook, entre otros objetos, y que la habían amenazado de muerte.
