Albana Ríos (17) salió el martes por la noche de su casa en la pequeña localidad entrerriana de Bovril, en el extremo norte de la provincia, 8.700 habitantes de acuerdo al último censo. Se fue en compañía de su novio, un joven de 23 años llamado José Cafarelo, albañil y jugador en un club local, Juventud Unida, quien la había ido a buscar para acompañarla hasta la escuela nocturna a la que concurría todos los días.
«Boni», como le decían sus amigos, se despidió y se fue con su pareja. Ese sería el último contacto que la adolescente mantendría con su familia.
Casi un día después, la chica fue encontrada muerta en un campo lindero al acceso al municipio. Su cuerpo, según confirmó a Infobae el fiscal de la causa, Santiago Alfieri, presentaba «señales de haber sufrido violencia». Si bien los resultados finales de la autopsia, que se realizará entre esta tarde y mañana, no se conocen, trascendió que el cadáver de Albana presenta heridas producidas con un arma blanca.
El hallazgo del cuerpo de «Boni» fue el final de una historia marcada por la tragedia y antecedida por otro hallazgo igualmente macabro. Una sucesión de hechos que para desentrañarlos hay que remontarse a casi 24 horas antes, cuando se despidió para ir a estudiar.
Al ver que la joven no regresaba de la escuela, los familiares comenzaron a buscarla desesperadamente. Sabían que algo no andaba bien. Sin esperar mucho tiempo, hicieron la denuncia en la policía y se comenzó un intenso operativo en varios puntos de la localidad. Bovril es un municipio chico y, como suele ocurrir, se conocen, más o menos, entre todos. Por eso las autoridades abocadas a dar con la adolescente sabían que encontrarla era cuestión de horas.
Datos aportados por la familia Ríos acerca de la relación que mantenía Albana con Cafarelo permitieron a los investigadores llegar hasta el domicilio del joven, ubicado en un predio de pequeñas casas de material del otro lado del pueblo.
Allí, la policía se encontró una escena que permitió comenzar a resolver el misterio. El novio de «Boni» estaba muerto en su habitación y rodeado de varias de las pertenencias de la adolescente. ¿Era un suicidio tras un femicidio?
Los medios locales informaron que al albañil lo encontraron colgado de una soga, junto al celular con la foto de su joven novia. El fiscal Alfieri, por su parte, dijo a Infobae simplemente que Cafarelo estaba muerto aunque aclaró que «en la escena no había signos de violencia».
Otro dato de gran relevancia que confirmó el funcionario a Infobae es que en la pequeña casa del joven se encontraban varios de los útiles escolares que pertenecían a Albana.
Con este dato, la búsqueda de la menor se intensificó hasta que finalmente fue encontrada muerta en el campo a las afueras de Bovril. Con los elementos que hay hasta el momento, la principal hipótesis es que se trató de un femicidio seguido de suicidio, aunque otras teorías como un presunto «pacto suicida» todavía no han sido descartadas.
«Los dos hechos comenzaron como algo separado pero en el contexto de la búsqueda de Albana se dio el hallazgo en la casa del novio fallecido. Todo fue muy reciente y sigue siendo materia de investigación. Los resultados de las autopsias nos permitirán saber cómo se sucedieron los hechos», dijo el fiscal, que agregó que «no se encontraron antecedentes por denuncias por violencia de género» contra él.
Los investigadores todavía continúan con las tareas para encontrar más elementos que puedan resultar de interés para la investigación. Los cuerpos, por su parte, fueron trasladados a la morgue de Oro Verde, cerca de la ciudad de Paraná, para la realización de las autopsias y saber cuándo y por qué murieron los dos.
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