Natalia Oreiro sorprendió a los turistas en Mar del Plata y volvió a cantar en público después de un año

Luego de un 2020 atípico para todo el mundo por la pandemia del coronavirus, Natalia Oreiro comenzó el 2021 haciendo lo que más le gusta: cantar. Y no fue dentro de un estudio o a través de una transmisión por streaming –sistema que implementaron los artistas que se reinventaron durante el año pasado– sino que tuvo la oportunidad de volver a presentarse en público.
No se trató de un show, ni siquiera se había anunciado. Vestida con una camisa verde de seda, una pollera larga con estampado animal print, sombrero y tapabocas, la cantante uruguaya llegó este viernes a las ocho de la mañana a Playa Grande, se sentó en una reposera, se quitó el tapabocas, las sandalias y dejó que sus pies sintieran la arena. A su lado estaba su amiga y colega Lucy Patane con una guitarra.
El contexto era ideal: una mañana de sol, el mar de fondo, y poca gente alrededor. “Fue algo espontáneo. En Uruguay lo llamamos tocada o zapada”, dijo a Teleshow Natalia luego de cantar una reversión de “Que digan lo que quieran”, popular tema que lanzó en 2002. Además, entonó “Clavícula”, de su amiga.
Los turistas que habían llegado temprano a la playa no podían creer lo que estaba sucediendo. Cada uno, de sus respectivas sombrillas y respetando la distancia social, disfrutó del espectáculo acústico que brindó la cantante uruguaya. “Fue en plan fogón. Quedó muy bonito”, sostuvo la artista internacional, y agregó que fue una experiencia única ya que jamás había cantado a esa hora del día.
“Aunque no fue un show, hacía más de un año que no cantaba con gente en vivo”, continuó la actriz, que en marzo del año pasado se vio obligada por la pandemia a suspender la gira internacional que tenía pautada. Desde entonces, y como todos los artistas, se adaptó a la circunstancias: ha hecho transmisiones en vivo por Instagram en las que ha cantado, y en los últimos tiempos grabó temas con distintos colegas.
Ante esta situación, Oreiro destaca que lo que más disfruta de sus recitales es el contacto con el público tanto arriba como abajo del escenario: “Me entristece saber que la gente va a estar lejos, que no voy a poder tocarles la mano mientras canto un tema… No sé cómo volverán a ser los shows, pero es parte de lo que nos toca atravesar”.
Su experiencia durante la cuarentena. “Desde el principio nosotros nos cuidamos mucho y aceptamos la situación”, dijo sobre cómo afrontó la situación en su casa junto con su marido, Ricardo Mollo, y su hijo Atahualpa, que el 29 de enero cumple 9 años. “Lo que más me importa es el estado emocional de mi hijo y él aceptó de forma normal lo que sucedía. A veces es admirable cómo los chicos atraviesan situaciones difíciles”, analizó.
“Ata estaba cursando tercer grado y de alguna manera yo fui su maestra. Eso me llevó a recordar cuando yo tenía ocho años, que fue una edad muy flashera para mí, cuando empezaba a escribir con letra cursiva. Y siento que él tuvo más paciencia de la que tenía yo”, contó sobre la experiencia de su hijo al tener que continuar con sus estudios desde su casa con clases virtuales.
Mientras continúa atenta a la situación sanitaria en la Argentina, Natalia espera que se reabran los cines para poder estrenar tres películas que quedaron pendientes del 2020: La noche mágica –junto a Diego Peretti, dirigida por Gastón Portal–, Las Rojas –con Mercedes Morán, de Matías Michetti– y Hoy se arregla el mundo –con Leonardo Sbaraglia, con dirección de Ariel Winograd–.

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