Todos somos culpables de que los humildes niños vivan en las calles mendigando, nosotros como sociedad le sacamos su lugar, ellos son llevados como hojarascas por vientos de los vicios y el olvido y todos como respuesta solo expresamos que «son niños de la calle» ya que están sucios, olorosos y mal vestidos, pero no hacemos nada por cambiar su realidad.
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