Un recuerdo imposible de olvidar; jugaba en el patio; con la tierra y de repente veo a mi madre rodar hacia mí con el rostro totalmente ensangrentado, a mí abuela, romper una escoba casera (palo y abundante rama negra) por la espalda de aquel misógino, mi padre de aquel momento.
Pasado el tiempo, ya en la adolescencia con mí segundo padre, el actual, el del corazón, en nuestro nuevo barrio (el Guda) luego de correr de las aguas, que en aquel tiempo hacía lo que quería en él inolvidable lote cuatro; llego a casa en pleno proceso de evolución de una situación que me retrotraía a aquélla vivida en mí niñez.
En la que intervengo para intentar evitar la situación violenta diciendo: «no la toques a mí mamá», mi madre ofendida me dice: «vos no te metas».
Más adelante, ya en mí profesión de docente en el patio de la escuela en los minutos de recreo, una niña de quinto grado se acerca a mí colega con quién compartíamos el cuidado del sector y denuncia ante ella: «fulano me tocó» (evito mencionar la parte íntima involucrada) a lo cual, sorpresivamente para mí, la colega responde de forma violenta: «hay mamita, mira la ropa con la que venís a la escuela, cómo no te van a tocar».
La exposición de las experiencias que me tocó vivir muestra con claridad nuestra cultura patriarcal (gobierno de los padres), machista (prepotencia de los hombres respecto de las mujeres) y misógina (desprecio-odio hacia las mujeres ) presentes tanto en lo intrafamiliar como también en el sistema educativo de aquellos tiempos, donde la víctima, la mujer, siempre termina siendo doblemente agredida, primero por un misógino y luego por las opiniones de las y los de mentalidad machista.
La misoginia es el desprecio o el odio hacia las mujeres. Otro claro ejemplo de que somos parte de una sociedad patriarcal y machista que alienta a las conductas misóginas, es el trato mediático y por las redes sociales de lo vivido por la actriz y conductora de televisión la señora Florencia Peña.
La misoginia es violencia contra las mujeres de tipo físicas, verbales o simbólicas (¡estás gorda!, hoy no salís!, ¡vos que sabes !, ¡a donde vas!, ¿cómo que te vas aburrir? ¡lava, cocina, plancha, para eso estas vos!, etc.) y en muchos casos terminan en femicidio.
Nuestro país cuenta con un triste récord de femicidios (137 femicidios fueron cometidos durante el primer semestre de 2021 en el país, uno cada 31 horas. Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación (Ofdpn)).
Es responsabilidad de todos, todas y todes trabajar para deconstruir, desinstalar de nuestra estructura mental, de nuestra cultura las conductas patriarcal-machista y misóginas.No es la señora Florencia Peña la que debe explicar nada; sino aquellas y aquellos que la agredieron, las y los que cometieron misoginia con ella.
J.R Lezcano Nuevo Encuentro
