Orduna: «La vacuna contra el coronavirus puede estar disponible para marzo o abril»

La vacuna que el laboratorio Pfizer desarrolla con voluntarios argentinos en el país apunta a tener sus primeras respuestas «en diciembre, cuando sea el otoño europeo, donde se espera una segunda ola del coronavirus», y puede estar disponible «para marzo o abril» del 2021, dijo el infectólogo Tomás Orduna, integrante del grupo de asesores del presidente Alberto Fernández.
«Esta vacuna comenzó a diseñarse en febrero, normalmente los procesos de elaboración en sus distintas fases tardan más de un año, pero se aceleraron todos los pasos porque este virus puso en jaque al mundo», explicó Orduna a Télam.
Actualmente, al menos 130 proyectos buscan elaborar una vacuna contra el virus Sars CoV-2, de los cuales dos son iniciativas de científicos argentinos apoyados por el Conicet, una de la Universidad de San Martín y otra de la Universidad del Litoral, aunque ambas están en una fase incipiente de elaboración. La Universidad de Buenos Aires también trabaja en una vacuna junto a su par de Wisconsin (EEUU), la cual está en una fase preclínica, con estudios en animales.
Los proyectos más avanzados corresponden a los de la Universidad de Oxford de Inglaterra, en asociación con el laboratorio Astra-Zeneca; el laboratorio Pfizer en conjunto con BionTech, que esta en Fase 3, y con voluntarios argentinos en la que se busca comparar la dosis contra placebo; y la de Moderna, de los Estados Unidos, cuyos primeros resultados podrían estar para diciembre próximo.
«Los que participen de la vacuna de Pfizer no son soldados voluntarios, sino que está abierta a todos y van a ser entre cinco y seis mil personas. Es una gran posibilidad de colaborar con el mundo para su desarrollo, y nos dará alguna posibilidad de acceder más prontamente a la vacuna», precisó el infectólogo.
Pfizer desarrolla su vacuna principalmente en Estados Unidos y en una minoría en Alemania y en Argentina. Aquí será el Hospital Militar Central el que pondrá su estructura edilicia para realizar las pruebas.
«Si esta pandemia no genera un cambio en el abordaje sobre accesibilidad que tenemos hoy en el mundo, más allá de que cada laboratorio invierta miles de dólares, no habremos aprendido absolutamente nada. Esperemos que la OMS y la OPS puedan intervenir para generar una reserva de vacunas y lograr precios accesibles», destacó.
La Universidad de Oxford y el laboratorio Astra Zeneca anunciaron ayer que los resultados preliminares de la vacuna en fase 1 y 2 mostraron que fue tolerada y generó respuestas inmunes sólidas contra el virus SARS-CoV-2 en los 1077 participantes evaluados. «La carrera de los laboratorios para llegar antes a la vacuna, más allá del logro científico para beneficio de la humanidad, tiene que ver con cuestiones económicas, ya que quien saca la patente después cobra por ella», aseguró Orduna.
El infectólogo destacó que si bien, en un período normal, la elaboración de una vacuna «tarda más de un año», el hecho de que se hayan acelerado los tiempos «no implica que las vacunas sean menos seguras» ya que «se constituyen comités de monitoreo que controlan posibles efectos adversos».
Orduna agregó que estos comités «son independientes de quienes elaboran la vacuna». Luego precisó que en medio de las fases «se hacen cortes para ir viendo el grado de seguridad en seres humanos hasta pasar a la Fase 4, que es de comercialización, pero inclusive en esta fase se han retirado del mercado productos ya aprobados porque se descubrió que tenían algún efecto adverso».

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