Phil Collins y Genesis se
despidieron de los escenarios

Poco tardó en confirmarse lo que muchos suponían de antemano. Tras tocar los dos temas introductorios fue el mismo Phil Collins quien, sin miramientos ni rodeos, explicó que ese show, en el imponente estadio Arena O2 del sábado 26 de marzo, iba a ser el último de la historia de Génesis. En un recital que quedará grabado para el recuerdo por múltiples motivos, no fue casual la elección de Londres como destino final para el cierre de The Last Domino? Tour, en el cual la legendaria banda volvió a exhibir todas las credenciales con las que construyó su exitosa y extensa trayectoria.
“Es una noche verdaderamente muy especial”, dijo Phil Collins al público del O2 Arena de Londres. “Es la última parada de nuestra gira, y es el último show de Genesis. Es difícil para nosotros creerlo pero es muy bueno que aún con todo hayan venido a vernos. Sí, después de esta noche, tendremos que conseguir trabajos de verdad”, sostuvo un emocionado Collins.
Ante una multitud de más de 20.000 espectadores, el grupo londinense interpretó 20 temas perfectamente seleccionados para sintetizar su larga carrera, sumados a tres bises que hicieron delirar a toda la platea. Con una puesta en escena formidable, el grupo se floreó con un vasto repertorio por todos sus estilos y álbumes complaciendo a sus seguidores que ovacionaron todo el show, el cual duró unas 2 horas y 20 minutos.
Tras 14 años de ausencia en los escenarios -había tocado por última vez en 2007 con motivo de celebrar el aniversario 40 de su formación en el Colegio CharterHouse, Godalming, en las afueras de Londres- el conjunto compuesto por Collins, Tony Banks y Mike Rutherford tuvo un sonido y una puesta de luces impecable, que hicieron un cóctel perfecto a la hora de tener que lucirse en escena y que rememoró el estilo que lo consagró en su época de oro; además de contar con unas pantallas de leds de última generación que ilustraron de modo sublime todo el espectáculo.
Repasando un poco su historia, habrá que recordar que Genesis tuvo tres formaciones distintas en su recorrido inicial, comprendido entre 1967 y el 2000, en el que editaron 15 discos. Claro que en esos tiempos el sonido de la banda estaba mucho más orientado hacia el rock progresivo durante el liderazgo de Peter Gabriel pero, tras su salida en 1975 y con Phil Collins a la voz, el grupo se perfiló mucho más al pop-rock.
Ya, en este nuevo lapso, con más éxito comercial, Génesis se expandió hasta 1996, cuando Collins abandonó la banda. De aquella etapa, se destaca por su popularidad el álbum Invisible Touch (1986), siendo el single del mismo nombre, uno de los más conocidos y celebrados en el show.
Y si de este particular show hablamos, debemos resaltar que todos los temas del setlist lucieron de modo formidable, pero no pasó desapercibido el segmento acústico que se armó especialmente para la oportunidad, y no solo por la calidez del mismo sino también, porque Phil Collins se perdió llamativamente con la letra al momento de interpretar “Follow you, follow me”.
El cantante de 71 años desde hace tiempo luce muy desmejorado por su deteriorado estado de salud y debe cantar siempre sentado: recordemos que en 2009, el baterista sufrió un aplastamiento de vertebras y de ahí una primera cirugía, seguida de otra en 2015 que le provocó serias lesiones en su sistema nervioso por el cual no puede actuar parado. Todo esto, sin lugar a dudas, se refleja y repercute severamente en su voz, que perdió aquel gran caudal inicial que lo hizo distinto.
Pero no todas fueron malas para Phil, ya que pudo y supo imponer a su hijo Nicholas -de tan solo 20 años- como el baterista de Genesis en reemplazo del consagrado Chester Thompson durante la extensa gira. En este orden, también habrá que subrayar que para que todo el andamiaje del grupo luciera de modo impecable resultó imprescindible contar con el talento de Daryl Stuermer en guitarra y bajo, quien los acompaña casi desde la época en que prescindieron de Steve Hackett en la segunda mitad de los ‘70.
Asimismo, se debe destacar también que sus compañeros de banda y fundadores del grupo descollaron con sus respectivos instrumentos: Banks ratificó todas sus dotes en piano y teclados y Rutherford hizo lo propio en guitarra y bajo, alternativamente.
Al momento de promediar el show, fue el mismo Collins quien también confirmó que Peter Gabriel estaba en el estadio, aunque increíble y llamativamente no fue invitado al escenario. No trascendió si la banda no lo invitó o si el ex frontman rechazó el convite: lo que quedó muy en claro es que dejaron pasar una oportunidad única e irrepetible. Porque con la ultima estrofa de “The Carpet Crawlers”, el tema final, Genesis cerraba para siempre una historia exitosa que, sin lugar dudas, tendrá un lugar privilegiado en el umbral mas reconocido de la música.

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