Preocupación en Francia por la alta tasa de depresión entre los universitarios confinados: el intento de suicido de un estudiante encendió las alarmas

Las universidades en Francia están cerradas hace meses por la pandemia del coronavirus. Y los estudiantes, condenados a la virtualidad sin ningún tipo de vida social. La ansiedad, el estrés, se multiplica con el correr del tiempo…. Y, por ahora, no hay signos de que la política de Macron al respecto vaya a cambiar.

“¡Reabran las salas de conferencia! El 30% de los estudiantes están deprimidos. Un estudiante acaba de tirarse por la ventana en Lyon ¿Es culpa del virus? También es culpa de su política, una política de excepción contra la juventud. #EtudiantesFantasmas”, denunció ante el Parlamento el diputado François Ruffin.

La cifra que cita Ruffin es alarmante y corresponde a un estudio de la Salud Pública Francesa que revela que el 29%de los jóvenes de 18 a 25 años están deprimidos, el 50% -es decir uno de cada dos- están preocupados por su salud mental, y el 31% mostró signos de angustia psicológica, en lugar del 20% registrado en un año académico normal.

Días atrás, un caso encendió las alarmas: un estudiante de la Universidad de Lyon 3 intentó suicidarse tirándose por la ventana de su residencia. Desesperados, otros estudiantes lograron amortiguar la caída, pero el joven, cuya identidad no se conoce pero se sabe que es extranjero, está en grave estado de salud.

“El virus tiene parte de la culpa. Pero también es su política. No les importa un comino la salud mental. La evidencia está en su consejo científico, no hay nadie que trabaje en el tema. Los suicidios y la depresión no cuentan”, disparó Ruffin

Los especialistas advierten que lo más alarmante es que las altas tasas de depresión que se conocen son del primer confinamiento y no del segundo, el actual podría ser mucho más grave para la salud mental de los jóvenes que ven cómo otros sectores sí recuperan sus actividades usuales.

En el primer confinamiento, explican, los universitarios experimentaron estado depresivo, trastorno de ansiedad, ideación suicida… Sin embargo, el número de suicidios disminuyó. Es un fenómeno clásico: cuando el trauma psicológico es colectivo, como el primer encierro, la tasa de suicidio disminuye. Hay un efecto de “solidaridad”, apoyo mutuo, social y familiar.

Pero ahora, en el segundo confinamiento, el espíritu colectivo se desmoronó. Los padres van a trabajar, los hermanitos y hermanitas van a la escuela, pero los universitarios, viven una especie de “arresto domiciliario” sin perspectivas de futuro.

Los psiquiatras hablan de “incomodidad” psicológica que se convierte en “sufrimiento” para algunos porque la soledad, la incertidumbre, a veces añadida a la precariedad, despierta o revela otros traumas. De hecho, las solicitudes de consulta a los centros de salud universitarios han aumentado en un 30%.

“Durante demasiado tiempo hemos subestimado la vulnerabilidad de los estudiantes”, afirman desde la Fundación de Salud Estudiantil de Francia, que ya hablaba de la emergencia en noviembre de 2019, antes de la pandemia. “Hoy en día, realmente necesitamos cambiar de marcha”, aseguró en declaraciones a la radio francesa RTL, la psiquiatra Dominique Monchablon. “La gran mayoría de los estudiantes tienen la capacidad de recuperarse y ser resistentes para salir de la crisis actual, pero tenemos que ayudar a los demás, salir a buscarlos”, agregó.

Un estudio realizado en la Universidad de Burdeos corrobora la observación de una grave crisis en el mundo estudiantil. En un grupo de 1.600 jóvenes, el estudio comparó el estado psicológico de estudiantes y no estudiantes. Y el resultado es contundente: “Hay casi un 50% más de síntomas depresivos severos, altos niveles de estrés, síntomas de ansiedad, etc.”.

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