Las recientes declaraciones públicas del Concejal Fabián Olivera, en cuanto a la defensa que hace de su colega Gabriela Neme, degradando y subestimando a las Mujeres Radicales, no pueden pasar por alto.
Solo hace falta examinar la historia política de los últimos 30 años para comprender el contexto y no hacerse los distraídos, aun cuando ahora le convenga al Concejal defender a unas en desmedro de quienes fueron las protagonistas de una lucha desigual contra un Gobierno que persiguió a las mujeres Radicales de distintas maneras.
Excluidas de sus trabajos, perseguidas en sus pueblos, sin posibilidades de acceder a distintos programas o planes del gob. Pcial., las militantes jamás huyeron ni se apartaron de la lucha.
Con el debido respeto a la señora Neme, no debemos olvidar que, hasta hace muy poco, formó parte de este régimen provincial opresor y persecutorio. Y, si no era protagonista de ese aparato represivo, al menos participaba con su silencio.
La mujer RADICAL tiene en sus espaldas las heridas profundas que le provocaron tantas batallas libradas muchas veces en soledad, en los más alejados pueblos del interior provincial y contra los poderosos punteros del peronismo que, impidosamente, hicieron valer su poder para imponer su voluntad.
Debemos reconocerlas, honrarlas y defenderlas siempre, sin comprar «espejitos de colores». Siempre me van a encontrar en la trinchera de esas militantes, las leonas del radicalismo que nunca se entregan y que, a pesar de todo, entienden que sin importar los golpes, hay que sostener las banderas con todas las fuerzas.
En ese lugar estaremos, siempre.
Dip. Adrián Malgarini
