Tití Fernández recordó a su hija, a 8 años de su muerte, y reveló cómo le contó la noticia a su esposa

La vida de la familia de Tití Fernández cambió por completo el 2 de julio de 2014. Su hija de 26 años, que estaba en Brasil como él cubriendo el Mundial del 2014, viajaba junto a otros dos periodistas desde San Pablo a Belo Horizonte cuando el auto en el que iba se estrelló contra otro vehículo. María Soledad iba en el asiento trasero sin el cinturón de seguridad y desde ese momento, todo fue tristeza y oscuridad. Fue el propio periodista quien debió reconocer el cuerpo de su hija y darles la noticia desgarradora al resto de sus familiares.
“Hace 8 años, estaba en Bello Horizonte desayunando, esperando a Sole que venía de San Pablo, nos habíamos despedido en la cancha con un beso y un chau pa, hasta mañana, pero en lugar de llegar ella, vino muy nervioso el Negrito Carneiro que era el camarógrafo que trabajaba conmigo en Brasil y me dio la peor noticia que recibí en mi vida, que hubo un accidente en la ruta y que en ese accidente había muerto Sole”, recordó el periodista en un posteo en su cuenta de Instagram junto a distintas fotos de la joven, en un nuevo aniversario de aquel día fatídico en el que tuvo que afrontar el momento más doloroso para cualquier padre.
Fernández relató entonces la sensación que lo atravesó cuando escuchó esas palabras: “imposible describir lo que sentí, me paralice, empecé a a gritar que no podía ser, que no podía haber muerto mi hija, que era un error, pero era verdad, qué locura amigos. Nora -su esposa y madre de Soledad- en Miami con la familia del Mono Burgos y Sergio George, yo sin saber que hacer, el accidente había sido a 180 km, por suerte apareció la generosidad de mucha gente que se puso a disposición y un equipo médico (tenían miedo que me pasara algo) arrancamos para Oliveira”.
En su relato, el periodista hizo hincapié entonces en el instante crítico en el que tuvo que darle la noticia a su mujer. “Había un problema grande, había que ver cómo se lo decíamos a Nora, hablé con mi a querido amigo, el Dr. Guillermo Bortman que consiguió que le dieran unos tranquilizantes a Nora antes de que yo la llamara. Tuve que mentirle, decirle que había tenido un accidente, que estaba muy complicada, pero que la íbamos a trasladar en un avión sanitario y la iban a sacar adelante”, recordó sobre aquella charla. “Tuvieron que sacarle el chip del teléfono porqué la noticia estaba en todos en los medios y no quería que se enterara, todo muy difícil, pude cambiarle el pasaje para que vuelva y Natalia George y el Mono Burgos viajaron con ella, el viaje fue interminable”.
Una vez encaminado el viaje de su esposa, a Tití aún le restaba la peor parte: “Fue muy duro lo que viví desde que llegamos al hospital en donde estaba Sole. No se imaginan lo que significa tener que reconocer el cuerpo de una hijita muerta, hacer todos los trámites para poder traerla a Buenos Aires, mucho dolor, horas sufridas que me van a acompañar toda la vida. En una reunión había conocido a Mariano Recalde que era presidente de Aerolíneas, de por vida voy a agradecerle todo lo que hizo para que pudiéramos trasladar a Sole esa misma noche. Otro día les sigo porqué ahora no puedo”.
Embargado por la emoción, Fernández cerró el escrito con una afirmación y una promesa: “Sole, amor, Ya pasaron 8 años y cada día te extrañamos más #teamamos #nuncatevamosaolvidar”

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