Tras más de 5 meses sin poder trabajar, puso en venta las máquinas y cerró su gimnasio

Son muchos los rubros que ante la cuarentena por la pandemia de coronavirus han quedado relegados sin poder continuar con su actividad como lo venían haciendo. Uno de ellos es el de los gimnasios que en Formosa continúan sin poder abrir, complicando cada vez más su situación, tal es el caso de uno más de ellos que cierra sus puertas definitivamente ya que deben seguir pagando servicios, alquileres, incluso sin tener ingresos.
En ese sentido Karina, propietaria del local, en diálogo con el Grupo de Medios TVO, lamentó la falta de diálogo del gobierno provincial con el sector como también la falta de un protocolo apto para que las personas puedan continuar realizando actividades físicas sin poner en riesgo la situación sanitaria.
Cabe señalar que son varios los gimnasios en Formosa que han cerrado sus puertas definitivamente, poniendo en venta las costosas máquinas que les han llevado años de lucha poder comprar.
«La situación particular no deja de ser angustiante, es una actividad deportiva el servicio que prestamos, personalmente también es nuestra fuente de ingresos, es un comercio, la mayoría de los que tenemos gimnasios vivimos de esto. Nosotros habíamos presentado un protocolo cuando Formosa no tenía ningún caso, en fines de abril más o menos. El tema es que hasta el momento que no hay circulación y ya pasaron cinco meses ni siquiera se han comunicado para debatir o acercar posiciones de cómo se podía plantear la apertura de un gimnasio con un protocolo estricto o lo que demande, estamos abiertos al diálogo, pero tampoco nadie se acerca o nos llama para dialogar y presentar las opiniones distintas de la gente que está en el rubro», comenzó diciendo.
Asimismo lamentó que no haya un protocolo para el sector, teniendo en cuenta que en otras provincias sí hubo una reapertura de los mismos. «Eso es lo llamativo porque es una excelente gestión la que se hizo desde el gobierno para tener un status sanitario como el que tenemos, no cabe ni ninguna duda de eso, incluso ahora que no tenemos casos activos, la verdad es para sacarse el sombrero con la actividad como la están llevando. Amén de esto, al no haber circulación no tenemos una amenaza de que alguien se pueda contagiar ya que de dónde tendría que venir un virus para contagiarse en una persona que esté en el gimnasio haciendo una actividad deportiva».
Karina contó además que lleva mucho tiempo y en el rubro y fue un sacrificio muy grande el abrir el gimnasio, que hoy ve caer al vacío con el cierre de sus puertas. «En Formosa hace cinco años que estoy con el gimnasio, pero ahora desistí del tema de hacer un reclamo, puse en ventas las máquinas porque me quiero dedicar a otra cosa y me tengo que volver a capitalizar, en realidad no es que pueda aguantar mucho más, ya bajé la bandera, no va porque creo que hace poco el ministro González dio a entender que la situación se iba a prolongar hasta diciembre y es imposible, alquilo el local donde tengo el gimnasio y pago el alquiler sin tener ningún ingreso y ya no puedo más», contó angustiada.
«Esto no se sostiene así, ya no lo pude sostener más, estoy vendiendo las últimas máquinas que me quedan, me llevó 15 años poder armar un buen gimnasio y en meses se terminó, estoy prácticamente regalando las máquinas en esta situación porque la mayoría ni siquiera paga lo que valen porque son usadas», lamentó.
Opinó además que la prohibición de abrir los gimnasios «solo fomentó la clandestinidad, dentro de mis clientes tengo gente que trabaja en el Poder Judicial, gente que está en organizaciones del gobierno, de puertas para adentro dicen que no aceptan lo que está pasando, que es tristísimo lo que a uno le afecta pero de puertas para afuera toman otra decisión, hay una hipocresía de parte de la gente, tengo clientes policías, que son funcionarios públicos, esto trasciende a cualquier voluntad particular de cualquier funcionario que esté por debajo de las decisiones que se toman arriba», expresó.
«Lo que me salva un poco es que no tengo empleados, sería peor el tema si tuviera gente dependiendo de mí, sería más preocupante, si yo así ahora no puedo dormir pensando cómo voy a hacer para seguir al día siguiente buscándole la vuelta, una alternativa para salir adelante, tener una persona que depende de mi con una familia atrás es más triste, la verdad no sé, ya estaría desbordada en una situación como esa. Hay que estar en el zapato de uno para entender la situación», expresó.
«Hubiera sido bueno acercar posiciones y no tomar como un ataque o pensar que estamos queriendo ofender o sacar ventaja de una situación como la que estamos pasando, todos estamos mal y tampoco somos tan inconscientes de decir que vamos a poner en riesgo la salud, es acompañar la situación y que todos desde cada lugar que representamos ya sea el comercio, el cliente, pueda tener una vida normal, psicológicamente el cuerpo te pide volver a restablecer tus vínculos y tu vida, a lo mejor no de la misma manera como hacíamos antes, pero no es sano que la gente se esconda para reunirse con la familia, para ir a visitar a un familiar o para hacer alguna actividad, no es sano estar en ese estrés constante, la gente se está enfermando psicológicamente, está teniendo consecuencias porque hablo con mucha gente y desde adolescentes, jóvenes, adultos están igual, no es sano lo que ocurre, nadie dice que lo hagamos de la misma forma, con los cuidados se pueden volver a hacer, pero deberían mostrarse un poco más accesibles en cuanto a las necesidades de la gente, no solo desde la economía sino que las otras posibilidades», finalizó.

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