Un ajuste brutal (Por Dr. Carlos A. Roble)

Desde hace años estudiamos y escribimos sobre un fenómeno de construcción de poder que el Profesor Alberto Binder denomino “Sociedades Fragmentadas”.

La fragmentación de la sociedad es una estrategia del poder dominante y la sociedad fragmentada es la situación de gran parte de la población, que no sólo está alejada del poder, sino afectada en su propia capacidad de constituirse en mayoría con aspiraciones a lograr políticas de Estado que tengan al Hombre, al ser humano, como centro de todas sus actividades.

La sociedad fragmentada es la condición de nuestros pueblos, trabados en contradicciones superficiales, desorientados respecto a objetivos comunes, imposibilitados de asumir luchas colectivas que aseguren el acceso a la salud, a la educación pública, a los servicios esenciales y a los bienes que están en el mercado y que hoy están reservados otra vez para una casta económica diminuta.

El primer mecanismo es el de la “muerte de las ideologías”. Mediante esta prédica se rompe el horizonte de la totalidad, ya que la ideología implica un análisis de la realidad que aspira a brindarnos una comprensión de la sociedad y de la práctica política, igualmente abarcadora. Pero ojo aquí son muchos los responsables, no solo quienes articulan este mecanismo, sino también quienes vedaron puertas adentro de los movimientos populares el debate y el intercambio de ideas, prefiriendo a los tibios aplaudidores por sobre quienes trabajaban en el mismo espacio con perspectivas distintas en algunos temas. 

Otro método utilizado por quienes Gobiernas hoy el país es la estrategia milenarista que busca apropiarse de la historia y con ella busca adueñarse de la conciencia histórica, generando un vaciamiento de la conciencia colectiva. Ahora bien, si se pierde la conciencia histórica, se pierde también la posibilidad de definir el futuro, ya que el presente se convierte en el único espacio libre. Y esto es precisamente lo que busca la versión milenarista. 

Lo que vivimos los argentinos no es una novedad y en otros puntos de Latinoamérica se pusieron en prácticas años atrás.

El ladrillo es el nombre de un texto de política económica chileno, que establece las pautas del liberalismo económico que sería introducido en el gobierno encabezado por Augusto Pinochet, proceso llamado por sus adherentes como el «Milagro de Chile». Sus autores habían sido becados en la Universidad de Chicago, donde tuvieron una fuerte influencia de Milton Friedman, y dieron paso, a su regreso a Chile, al grupo de economistas liberales conocido como los «Chicago Boys».

La idea de estas líneas son analizar el Gobierno de Milei, pero no medida por medida porque para eso necesitaría un psicólogo a mi lado. La idea es ver que estos procesos tienen un solo objetivo. Que seamos cada día más pobres.

Una democracia puede ser formal y restringida por diversas razones. Muchas veces existen presiones externas que así lo establecen (por ejemplo, la presión de la deuda externa); en otras ocasiones la supervivencia de factores de poder antidemocráticos en su propio seno genera las restricciones y hace que la democracia pierda en profundidad, depreciando su contenido.

Por lo tanto, el primer acto de resistencia contra las estrategias de fragmentación es la recuperación del futuro como espacio de la política. El segundo paso, ligado al primero, consiste en la recuperación del análisis histórico, que nos permita una interpretación genética de nuestro presente.

• El presente tiene extractos del trabajo del Profesor Alberto Binder, a quien pertenecen los derechos de autor. 

Dr. Carlos Alberto Roble

Abogado

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