Veinte provincias empezarán a articular «políticas para la post pandemia», que hará eje en un «ingreso base» para los sectores más empobrecidos y en el plan Potenciar Trabajo para el desarrollo de «infraestructura básica» en unas 4.000 villas y barrios populares del país.
Así fue analizado durante un nuevo encuentro del Consejo Federal de Desarrollo Social (Cofedeso), que encabezó de manera virtual el ministro Daniel Arroyo y que reunió a sus pares de Chaco, Entre Ríos, Misiones, Jujuy, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Salta, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Córdoba, Corrientes, Formosa, Tucumán, La Pampa, Río Negro, La Rioja, San Luis, Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires.
El Gobierno prepara ese «ingreso base» para unas 3 millones de personas consideradas en «situación de alta vulnerabilidad», del total de 9 millones que cobran el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
«Es una forma de garantizar derechos y, al mismo tiempo, de promover el consumo para reactivar la producción y la economía», declaró a Télam Arroyo, quien comentó que está en estudio aún si se aplicará por persona o por familia ese nuevo ingreso (cuyo nombre no está definido y convivirá con la Asignación Universal por Hijo).
El Gobierno apura un plan para Argentina, que sintetiza como «el camino de salida» de la pandemia de coronavirus, en un contexto en el que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el efecto del virus en el empleo «va a ser devastador», superará con creces lo ocurrido durante la crisis financiera mundial de 2008-2009 y será la situación «más severa desde la Segunda Guerra Mundial», en 1945.
El coronavirus «hará desaparecer globalmente, solo entre abril y junio, el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo», explicó el informe de la OIT.
En el plano local, explicaron voceros de Desarrollo Social, el aislamiento obligado por la Covid-19 no sólo golpeó duramente a los sectores que sufren pobreza estructural, sino que también hizo desaparecer la economía del «día a día», de quienes subsistían bajo una organización modesta, configurada semana a semana, pero con capacidad de sustentación.
El sábado último, el presidente Alberto Fernández expresó su acuerdo con el otorgamiento de un ingreso universal para aliviar la situación de los «9 millones de argentinos que están fuera del sistema».
«Hay que hacer algo», declaró el Presidente a favor de esos argentinos que «están al margen» de la economía formal y, sobre el pago de ese ingreso base, dijo: «Es una alternativa que, por lo menos, hay que estudiar».
Por su parte, Arroyo insistió con que la política social «más importante» es lograr vincular planes sociales con trabajo para «impulsar la economía de abajo hacia arriba”.
“Además de la asistencia alimentaria, la política social de salida de esta crisis va por tres ejes: Potenciar Trabajo; asegurar un ingreso de base (el post IFE); y garantizar el acceso a los servicios básicos en las 4 mil villas, barrios y asentamientos de la Argentina. Necesitamos que el Cofedeso sea el articulador de esos ejes”, dijo Arroyo.
Un «ingreso base» e infraestructura en 4.000 barrios populares, el plan de salida de la pandemia
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