La «U» de Formosa, la sorpresa que revolucionó la 2004/05

El proyecto de situar a Formosa en el máximo plano de la Liga Nacional llegó de inmediato. Con Mario Romay a la cabeza, más Daniel Frola como entrenador y la experiencia de Fernando Posetto, La Unión conseguiría sorprender y dominar la 2004/05 del ascenso para campeonar y alcanzar la A.
A mediados del 2004 se desarrolló el proyecto, que primero buscó alcanzar la plaza que tenía en venta La Unión de Colón. Allí fue cuando surgió la fusión entre el equipo colonense y Estudiantes de Formosa, que dieron paso a la creación de La Unión de Formosa, el nombre definitivo que se adquirió en agosto del 2004 y que para ese entonces estaba listo de participar en la segunda división.
Destacado papel el de Romay para que todo este proyecto termine realizándose y tomando absoluto éxito, ya que realizó una intensa labor deportiva en varios clubes del país, es uno de los jugadores históricos que tiene nuestra Liga Nacional y, ya retirado de su vida como atleta, hizo realidad su sueño de fundar La Unión de Formosa.
Con las piezas acomodadas y el puntapié inicial ya dado, lo siguiente era saber cómo se iba a parar esta versión debutante de La Unión en el TNA. Fue así como lo primero en convocar dentro del armado fue Daniel Frola, entrenador que ya venía de tener ciclos importantes tanto en Quilmes de Mar del Plata como Estudiantes de Olavarría, además de un paso por Lanús. Frola venía de trabajar en Provincial Osorno de Chile, y en ese momento recibió el llamado de Romay para que sea el técnico del proyecto. Así lo recuerda el entrenador bahiense.
Así comenzó el armado del plantel, que incluía a Mario Romay como escolta, uno de los grandes líderes en todos los aspectos del proyecto, tanto dentro como fuera de la cancha. Se sumó toda la experiencia de Fernando Posetto en la base, un histórico y un referente absoluto, figura dentro de la cancha (venía de Ben Hur de Rafaela), y se completó con el alero marplatense Mariano Franco (venía de jugar en Estudiantes de Olavarría tras su experiencia por el baloncesto español); un joven Ariel Zago de ala pivote en un año importante desde su rol protagónico (venía de algunos años en Libertad de Sunchales con participaciones menores); y el centro extranjero Rodney Gidney, un foráneo que venía de jugar en El Nacional de Bahía Blanca y terminó siendo una de las grandes figuras. Ese era el quinteto inicial tradicional de Frola.
El equipo se completó con José Fabio, Fabián Barraza, Luciano Rivero y Juan Irigoyen como los de habituales que salían desde el banco; más Juan Ayala, Félix Medina, Claudio Requejo y Luis Villardel.
El estreno de temporada fue ante Quimsa en el Estadio Ciudad de Santiago del Estero. La primera prueba no iba a ser nada sencilla, sin embargo el equipo de Frola sacó adelante un partidazo y se impuso por 97-77 de visitante (Romay 18 puntos, Gidney 16, Fabio 15 y Zago 14). Los formoseños sorprendieron, ya de arranque enviaban un fuerte mensaje y Frola lo recuerda perfectamente.
El calendario de la primera fase siguió con otra gran victoria ante Asociación Mitre (84-65), para luego llevarse un durísimo partido en Paraná ante Echagüe (63-62). Cuarta victoria ante Alma Juniors, en Formosa (94-87); y llegaría la primera derrota, contra Tucumán BB y por un ajustado 76-73 en la quinta fecha. Luego los formoseños encadenaron una sorprendente racha de siete triunfos al hilo para prácticamente dominar esa ronda: 78-65 a Sionista, 82-79 a Hindú, 90-84 a Quimsa, 77-67 a Mitre, 69-64 a Echagüe, 81-60 a Alma Juniors y 85-76 a Tucumán BB. En la 13° jornada fue derrota contra Sionista en Paraná (76-61), aunque cerró la parte inicial recuperándose ante Hindú en casa (86-67). La Unión terminó la primera fase con 12 victorias de 14 posibles, líder de su zona.
La Unión no cesó su gran ritmo en la segunda fase y, más allá de sumar alguna que otra derrota en el camino, también volvió a dominar y quedarse con el primer lugar de la tabla. Arrancó venciendo a Olimpia (85-65), aunque luego tropezaría en Santiago contra Quimsa (107-99). Le ganaría a Tucumán BB (100-83), pero luego caería en una racha negativa de tres derrotas: 71-69 contra Ciclista en Junín, 66-64 ante Regatas San Nicolás en Formosa y 93-87 frente a Sionista en Paraná.
Cortó esa sequía en casa, frente a El Nacional y con un importante 95-75 que sirvió para recuperar el buen semblante. Ese sería el inicio de una racha positiva más larga, de siete al hilo una vez más. Las restantes seis fueron ante Olimpia en Venado Tuerto (66-52), Quimsa en Formosa (97-88), Tucumán BB de visitante (84-67), Ciclista en Formosa (91-74), Regatas en Corrientes (80-75) y Sionista en Formosa (69-63). Cerró el calendario visitando a El Nacional y con derrota (96-69), pero ya nadie le quitaría el 1 de la fase regular. Récord de 9 victorias sobre 14 posibles y directamente a playoffs, donde recién aparecería en cuartos de final esperando rival de la reclasificación.
El rival en cuartos de final fue Estudiantes de Bahía, que venía de dejar en el camino a Tucumán BB (3 a 1). Aquel elenco bahiense dirigido por Alejandro Paquito Álvarez, tenía varios nombres destacados dentro de la categoría como Josi Gil, Pablo Hoya, Claudio Sollberg, Facundo Brizuela, un muy juvenil Leonardo La Bella, Fernando Álvarez y al extranjero Jack Jennings. Interesante equipo, que terminó dándole batalla a La Unión.
Fue así como la historia arrancó en Formosa donde La Unión se hizo fuerte y se colocó rápidamente 2 a 0, tras victorias por 78-65 y 87-81. Sin embargo, Estudiantes mostraría una gran recuperación en Bahía Blanca, porque en la continuidad de la serie consiguió dos triunfos fundamentales que le dieron vida: 81-76 en el tercer partido, y un sufrido 80-77 en el cuarto. Forzó así un quinto punto, que se definió de regreso en Formosa y con La Unión imponiéndose en un terreno más favorable: 93-71, con 30 puntos de Gidney (Romay agregó otros 16, mientras que Posetto, Franco y Barraza añadieron otros 10).
Llegó entonces la semifinal y contra un conocido poderoso como Quimsa. Los santiagueños también venía de una dura llave en cuartos ante El Nacional, ganando en cinco partidos (3 a 2). La Fusión tenía un equipo ultra protagonista, de la mano de Marcelo Richotti y con jugadores como Mauricio Pedemonte, Matías Tomatis, Cristian Amicucci, un joven Juan Ángel López y un extranjero de calibre como Cleotis Brown.
La historia comenzó con sorpresa, ya que Quimsa se robó el primer juego de visitante en Formosa y por 87-84, con Brown como figura de los santiagueños tras firmar 31 puntos (Romay brilló con 28 para La Unión, aunque no fue suficiente). Los de Frola se levantaron en el segundo juego ganándolo con muchísimo suspenso, con un doble de Gidney en la última pelota del partido y sellando un apasionante 85-84. Con la llave empatada en 1, las semis se mudaron a Santiago del Estero.
Aquel tercer juego en Santiago, La Unión desplegó un gran partido e incluso llegó a ganar por casi veinte puntos (56 a 37 tras el primer tiempo). Pero Quimsa apretó el acelerador en el complemento, hizo sentir su localía y tras una segunda mitad emocionante forzó el suplementario tras igualar en 93. Ya en el tiempo extra, terminó siendo victoria para los dirigidos por Richotti por 109-108, emocionante y con Brown otra vez de figura (40 puntos). En los formoseños, que quedaron cerca de dar el golpe, cinco jugadores terminaron en doble dígito de puntuación: Romay (28), Franco (18), Gidney (17), Posetto (16) y Fabio (11).
Pero lejos de caerse luego de quedarse tan cerca de dar el golpe, La Unión tuvo una gran demostración de carácter y templanza para imponerse en el cuarto partido. Fue 98-88 en el Ciudad, llegando a sacar un margen de 15 unidades en el transcurso del partido. Romay, como de costumbre, tuvo una noche brillante firmando 36 unidades, mientras que Franco, Gidney y Fabio lo acompañaron (18, 11 y 10 respectivamente).
De regreso a casa, La Unión terminó festejando por 88-82 en el quinto juego y terminó concretando lo que a principios de año era prácticamente irreal: ascender a la Liga Nacional en esa primera temporada de participación. Gidney fue el goleador de aquella noche con 25, mientras que Romay sumó 20. La historia había entrado al último cuarto con los equipos igualados en 65, pero los formoseños hicieron mejores las cosas en los diez minutos finales y se abrazaron al ascenso. Aquel 12 de mayo de 2005, La Unión escribía una página gloriosa de su joven pero gran historia.
Con el ascenso consumado, llegó entonces la serie por el título ante Ciclista de Junín, el otro ascendido que tuvo aquella temporada 2004/05 y que venía de ganar dicho boleto rumbo a la A tras imponerse a Sionista de Paraná por 3 a 2. Esta vez, La Unión no falló y ganó los dos juegos iniciales en casa, el primero por 66-51 (Franco y Gidney 18 puntos cada uno, más 13 de Fabio); para luego imponerse con mayor claridad en el segundo duelo por 106-83 tras levantar once puntos en contra (Franco y Gidney firmaron 28 tantos cada uno).
Con la llave 2 a 0 a favor de los conducidos por Frola, las finales se trasladaron a Junín donde Ciclista dio muestras de vida tras imponerse por 83-78 (no fueron suficientes los 23 tantos de Gidney, además de los 15 de Zago y los 14 que anotaron Franco y Fabio). Sin embargo, el cuarto partido terminó de sellar la serie y el título para los formoseños, que ganaron por un importante 92-75 en tierras juninenses y sentenciaron 3 a 1 las finales. El título, la frutilla del postre que faltaba, terminó siendo para un equipo dominante de principio a fin como La Unión.

Comentarios Facebook

Lo más leído