El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostuvo este viernes que el mundo se encuentra en una situación «sin precedentes» en la que «la pandemia global de salud se ha convertido en una crisis económica y financiera». La entidad que dirige Kristalina Georgieva llamó a los países a reforzar la respuesta conjunta y advirtió sobre los efectos que la situación tendrá en los países emergentes, como la Argentina.
«Estamos en una situación sin precendentes, donde la pandemia global de salud se ha convertido en una crisis económica y financiera», sostiene una declaración conjunta de Georgieva y el titular del Comité Monetario y Financiero Internacional del Fondo, Lesetja Kganyago.
En una conferencia de prensa virtual, Georgieva agregó: «Estamos entrando a una recesión más profunda que la de 2009», cuando el mundo afrontaba la crisis de las hipotecas subprime y el quiebre de bancos.
«Con el sudden stop (freno repentino) de la actividad económica, la producción global se contraerá en 2020. Los países miembros ya han tomado medidas extraordinarias para salvar vidas y salvaguardar la actividad económica. Pero es necesario más. Se debe dar prioridad al apoyo fiscal dirigido a hogares y empresas vulnerables para acelerar y fortalecer la recuperación en 2021», prosiguió el FMI.
«Aunque el mayor impacto en la salud ha sido en las economías avanzadas, los mercados emergentes y los países en desarrollo, especialmente los países de bajos ingresos, se verán particularmente afectados por una combinación de crisis de salud, una reversión repentina de los flujos de capital y, para algunos, una fuerte caída en precios de commodities», advirtió el Fondo. «Muchos de estos países necesitan ayuda para fortalecer su respuesta a la crisis y restablecer el empleo y el crecimiento, dada la escasez de liquidez cambiaria en las economías de mercados emergentes y la elevada carga de la deuda en muchos países de bajos ingresos», agregó.
«Acciones políticas fuertes y coordinadas, incluso a nivel multilateral, son clave para resolver de manera efectiva esta crisis global», indicó el organismo, y recordó que agilizó «financiamiento de emergencia» para países que lo requieran. «El FMI está listo para usar su capacidad financiera de U$S1 billón para apoyar a sus países miembros».
Ese dinero, dijo Georgieva, estará disponible para países de bajos y medianos ingresos. «Vamos a movilizar para ellos nuestro billón de dólares en capacidad de financiamiento y vamos a concentrarnos en dar una respuesta rápida a los pedidos que ya recibimos. Recibimos 81 pedidos de países de bajos ingresos y 31 de países de ingresos medios. Vamos a asegurarnos de que tengan el dinero lo más rápido posible», dijo la directora del Fondo en una conferencia de prensa.
Con todo, ese dinero no será suficiente, estimó Georgieva. «Nuestra estimación de necesidades financieras de estos mercados (emergentes) es de 2,5 billones de dólares», indicó.
El Fondo anunció esta semana medidas de alivio para las deudas de los países más pobres, entre los que no se cuenta la Argentina. «El FMI explorará opciones adicionales para ayudar a los miembros que experimentan escasez de divisas», agregó.
En su web, el Fondo pasó revista por las distintas acciones que llevan adelante los países para paliar la crisis económica. En el caso de la Argentina, el fondo destacó que el Gobierno movió recursos equivalentes al 1% del PBI en créditos, subsidios y algunos recortes impositivos.
El viernes pasado, el staff técnico del Fondo, luego de intensas negociaciones con el Gobierno, remendó «un alivio sustancial» de deuda por parte de acreedores privados por entre U$S55.000 y U$S85.000 millones para los próximos años.
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