A 26 años del atentado, el presidente de la AMIA manifestó su preocupación por la presencia de Hezbollah en la Triple Frontera

En un atípico acto virtual por la pandemia del coronavirus, la AMIA renovó su pedido de Justicia por el ataque terrorista perpetrado por Hezbollah con el apoyo de Irán hace 26 años.

Durante el discurso principal, pronunciado por el presidente de la entidad, Ariel Eichbaum, se le solicitó al gobierno nacional que aumente la presión política internacional para detener a los principales acusados, sobre quienes pesan órdenes de captura internacional. Además, manifestó su preocupación por la reciente renuncia del juez Rodolfo Canicoba Corral, que estaba a cargo de la instrucción. “La causa AMIA no puede quedar sometida a los vaivenes de jueces subrogantes, que irán cambiando cada 6 meses, pues eso implicará una nueva razón para que permanezca definitivamente estancada”, aseguró.

Eichbaum también alertó por la presencia de Hezbollah en la Triple Frontera, valoró que el gobierno argentino haya mantenido la decisión de la administración de Mauricio Macri de mantener esa agrupación en la lista de organizaciones terroristas y realizó un pedido especial para esclarecer el crimen de Alberto Nisman, el fiscal que realizó la investigación y pudo determinar cómo y quiénes planificaron la voladura de la mutual judía.

El mensaje, grabado y transmitido a través de redes sociales, incluyó un video con testimonios de sobrevivientes del ataque.

El discurso completo de Ariel Eichbau,

Estamos transitando un momento histórico. Inédito.

Con consecuencias en todos los órdenes de nuestra vida.

Y con urgencias y necesidades que nos duelen.

No sabemos si, tras la pandemia, el mundo –tal como lo conocíamos- volverá a ser igual.

En tanto, nuestra vida cotidiana –no hay dudas- se ha transformado.

Sin embargo, hay algo que hace 26 años sigue exactamente igual. Desde el 18 de julio de 1994, a las 9.53 de la mañana, el tiempo de la justicia está detenido.

“Cada 18 de julio es otra bomba”. Cada mes, cada día, de estos 26 años que vivimos en impunidad, el asesinato se repite, el terrorismo gana la batalla y nuestra democracia no puede saldar una de sus deudas más vergonzantes.

Me pareció importante transmitir este mensaje desde nuestra sede reconstruida, pero por primera vez en 26 años no podemos encontrarnos aquí sobre la calle Pasteur y rendir en forma presencial homenaje a las víctimas.

Pero esto no debe confundir a nadie: a pesar del contexto, del aislamiento y de la distancia física, nuestro dolor no cambia. Ese día quedará grabado por siempre en la memoria colectiva de todos los argentinos y, aunque no podamos estar reunidos para encender una vela y colocar una flor, seguimos juntos y de pie, honrando la memoria y exigiendo justicia.

En estos momentos en los que nos acostumbramos a escuchar cifras de fallecimientos todos los días, sentimos la obligación moral de traer al presente el recuerdo de las 85 vidas que no fueron interrumpidas por un desastre natural, por una enfermedad, o una tragedia imposible de prevenir. Fueron asesinados como producto de una decisión, una planificación y una ejecución, realizadas por una organización terrorista apoyada por un estado extranjero.

El año pasado se creó en la Argentina el primer registro nacional de personas y agrupaciones vinculadas con el terrorismo. Queremos destacar la decisión de que ese registro siga vigente al día de hoy.

Se designó a Hezbollah como organización terrorista y se comenzó a marcar el rumbo en la región, que ya siguieron Paraguay, Honduras, Guatemala y Colombia. Desde Europa, Alemania se ha sumado a la lista de países que tienen en claro la verdadera naturaleza del Hezbollah, y que han decidido llamar a las cosas por su nombre: Hezbollah es una agrupación terrorista, y su vinculación con el atentado a la AMIA está completamente probada en el expediente judicial.

Tenemos la necesidad de decirlo una vez más: conocemos gran parte de la verdad. Falta la justicia.

Es largo todavía el camino por recorrer. Les pedimos a las naciones del mundo, a los países de nuestro continente, comenzando por nuestras repúblicas hermanas de Brasil y Uruguay, que también tomen acciones concretas contra Hezbollah y cualquier otra organización terrorista.

Sabemos que Hezbollah sigue operando y fuertemente en la zona de la Triple Frontera; sus contactos con grupos criminales brasileños y sus intentos de penetrar el territorio argentino en la provincia de Misiones deben ser una preocupación de las autoridades nacionales.

Hezbollah no es una amenaza del pasado. Es una amenaza presente que debe ser neutralizada y rechazada enérgicamente, con acciones concretas allí donde se pretenda instalar.

La República Islámica de Irán, patrocinadora y cómplice del Hezbollah, también ha sido señalada por la justicia argentina como la responsable intelectual del ataque, y de haber utilizado su embajada aquí en Buenos Aires como una estación de inteligencia para llevar adelante el atentado. La justicia argentina ha emitido órdenes de captura internacional contra ex funcionarios del gobierno de ese país, pero lamentablemente no han podido ser arrestados y traídos para ser juzgados, a pesar de que, sabemos perfectamente, una y otra vez viajan a otros países donde reciben cobijo y se mantienen al margen de la ley.

Pedimos a las autoridades nacionales que extremen sus esfuerzos políticos y diplomáticos para que las capturas internacionales sigan vigentes en Interpol, y para que la comunidad internacional toda colabore finalmente con el reclamo argentino de Justicia, para que esto no ocurra más: si uno de los acusados del crimen de 85 personas viaja fuera Irán, que sea inmediatamente detenido y puesto a disposición del juez y los fiscales de la causa.

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