A un mes del cierre de listas, la interna de Juntos por el Cambio no se calma y el oficialismo está perdido sin un aval de CFK

El calendario electoral apremia y se imponen definiciones en los partidos políticos frente al inminente cierre de listas en un mes. En algunos casos, hasta hay dudas sobre las alianzas electorales. En un contexto económico y social difícil, la ciudadanía está próxima a concurrir a las urnas para elegir al futuro presidente y todavía no hay un panorama del todo claro, ni en la oposición y mucho menos en el oficialismo.

Por el lado de los retadores, al menos hay un escenario definido de dirimir fuerzas en las PASO, sobre todo en Juntos por el Cambio. Allí, el PRO tiene dos precandidatos definidos y ninguno dará marcha atrás. Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich llegarán hasta el 13 de agosto y se someterán a la voluntad popular. Lo que está por verse es si integran fórmulas cruzadas con el radicalismo o si serán amarillas puras.

El caso del Frente de Todos es mucho más complejo. Para empezar, tiene a la coalición de gobierno en medio de una crisis, para afuera por la situación del país, pero sobre todo hacia adentro por las diferencias infranqueables entre las dos caras del Ejecutivo: Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Atrás en el tiempo quedó la imagen de la síntesis del PJ y el kirchnerismo. Hoy no hay diálogo y el Presidente no va por la reelección y prácticamente se corrió del escenario. Se plantea como el garante de las PASO, pero no tiene el poder político del FdT.

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