Con leyes y campañas de concienciación buscan evitar el uso de pirotecnia sonora en estas fiestas

Autoridades provinciales y municipales advirtieron a la población que siguen vigentes las normas que prohíben la venta y uso de pirotecnia sonora en varias localidades para proteger la salud de adultos mayores, niños con autismo y animales durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, por lo cual incrementaron los controles preventivos y anuncian que aplicarán sanciones en caso de incumplimiento.
Además, varios distritos se plegaron a la campaña de organizaciones que buscan el bienestar de personas con trastornos del espectro autista «Más luces, menos ruido» para incentivar festejos sin detonaciones, el Ministerio Público Tutelar lanzó el spot «La pirotecnia no es un juego», mientras agrupaciones civiles realizaron distintas actividades de concientización para cambiar la forma de cerrar los festejos y evitar riesgos como lesiones o quemaduras.
Como parte de esas campañas, las ong instalaron cabinas sonoras en ciudades como Formosa o Tucumán para generar empatía en la población a la que invitan a ingresar a ese recinto para experimentar como una persona con autismo procesa los sonidos debido a su hipersensibilidad auditiva.
«El ruido de un petardo o cualquier pirotecnia es un sonido sumamente intenso, que genera muchísimo estrés y un gran nivel de alteración conductual y emocional como: crisis de llanto y episodios de autoagresión, que produce angustia en todo el seno familiar», explicó a Télam la directora de Discapacidad de Rosario, Adriana Ciarlantini, para sintetizar la problemática que puede generar cualquier estruendo violento y sorpresivo.
En la provincia de Buenos Aires, al menos unos treinta municipios tienen ordenanzas que regulan o prohíben directamente la venta de bombas de estruendo, especialmente los llamados morteros, los de mayor impacto auditivo.
Santa Fe no cuenta con una ley provincial que regule la producción, utilización y la venta de pirotecnia en su extenso territorio lo que genera que cada localidad tenga su propia norma al respecto, por lo que en algunos municipios se prohíben y en otros no.
En la ciudad de Santa Fe, la ordenanza 12.429 de octubre de 2017 declara a esa ciudad como «territorio libre de pirotecnia», con lo que se elimina toda la actividad relacionada con los elementos de cohetería así como su «tenencia, fabricación, manipulación, circulación, comercialización, depósito y expendio al público mayorista o minorista y uso particular».
Desde 2019, en Rafaela rige una ordenanza que estableció a esa ciudad como «Libre de Pirotecnia de Efecto Audible No Lumínica» y que limita su uso mediante la prohibición de aquellos artificios pirotécnicos que generen ruidos o estruendos.
En Rosario también se encuentra prohibida la utilización de pirotecnia según la Ordenanza Nº 9166/2013.
En ese sentido, la directora de Discapacidad de la ciudad, Adriana Ciarlantini, dijo que el municipio se unió a la campaña nacional «Más luces, menos ruido», en una nueva edición que busca generar empatía en toda la población rosarina. «Entre los principales grupos de personas afectadas por la pirotecnia, se encuentran las personas con alguna condición del espectro autista, con discapacidad, mayores, bebés, animales y también debemos considerar el impacto ambiental, además de las posibles lesiones por quemaduras que, en mayor o menor medida, se producen», indicó.
Tras aclarar que «los ruidos generan en muchas personas hipersensibilidad auditiva o hipoacusia, provocada por el uso de la pirotecnia», advirtió que «el ruido de un petardo o cualquier pirotecnia es un sonido sumamente intenso, que genera muchísimo estrés y un gran nivel de alteración conductual y emocional como: crisis de llanto y episodios de autoagresión, que produce angustia en todo el seno familiar.
En Córdoba, donde no abundan las campañas oficiales contra la pirotecnia aunque está prohibido el uso de globos aerostáticos de papel porque generan incendios, la municipalidad capitalina pide a los vecinos por redes sociales que eviten el uso de este tipo de fuegos de artificio sonoros.
«Navidad segura, celebremos sin pirotecnia. ¿Sabías que el uso de pirotecnia afecta cada año a miles de personas y muchos animales?», indicó en uno de sus mensajes el Jardín Botánico municipal.
En Mendoza desde el 2020 está prohibida la venta y el uso de pirotecnia y los 18 departamentos provinciales adoptaron esa medida en sus jurisdicciones y por normativas propias y bajo el artículo 74, del Código Contravencional provincial que prevé sanciones económicas o arresto desde seis hasta veinte días.
El Ministerio de Seguridad local lleva adelante desde el 2016 hasta la actualidad una campaña de «Pirotecnia 0» en todo el territorio mendocino y ahora lanzó una campaña audiovisual con el lema «Que exploten las risas, pero no la pirotecnia». La Pampa cuenta desde el 2020 con una Ley provincial que prohíbe la comercialización, tenencia, manipulación, fabricación, depósito, transporte, distribución y venta al público de artificios pirotécnicos que da un marco normativo, al cual las municipalidades pueden o no adherir.
El Consejo Provincial para las Personas con Discapacidad instó a la comunidad a tener especial consideración hacia las personas con condición del espectro autista que integran la sociedad y atender a su situación de hipersensibilidad auditiva y dolores relacionados con el ruido de las explosiones que generalmente se producen por el uso de pirotecnia.
En Tucumán, donde la capital tiene prohibida la venta y uso de pirotecnia estruendosa, la Municipalidad de San Miguel lanzó una nueva edición de la campaña «Más luces Menos ruidos» destinada a concientizar a la ciudadanía sobre los efectos que producen los estruendos de los cohetes en niños con TEA y en animales, tanto domésticos como silvestres.

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