El calvario de Sathya, la joven que se mató tras ser violada por su padre, llega a juicio

El hombre fue detenido días atrás en Córdoba y piden agravar la imputación. “Será que el guardapolvo no era lo suficientemente largo y lo provoqué?”, había escrito la víctima en sus redes.
Sathya Aldana tenía 19 años cuando se suicidó en enero de 2020. Durante años había sido violada por su papá biológico y se lo contó a su mamá, a sus amigas, hasta lo escribió con dolorosos detalles en las redes sociales. También pidió ayuda en los Tribunales de Córdoba y otros organismos oficiales, pero la causa no avanzó. A días que empiece el juicio, la policía detuvo al acusado y un fiscal pidió agravar los cargos en su contra.
La lucha incansable de la familia de la adolescente para que se haga justicia logró reactivar la causa que parecía paralizada. Según informaron los medios locales, en las últimas horas el fiscal de la Cámara 3ª, Marcelo Hidalgo, pidió que el padre de Sathya, Walter Manuel Insaurralde, sea juzgado por abuso sexual agravado por el vínculo seguido de muerte cuando falta tan solo dos días de que ocupe el banquillo de los acusados.
“Es la justicia que le debemos”, expresó en diálogo con El Doce Daniela Morales Leanza, abogada de la familia de la víctima al enterarse de la detención del abusador. Por otra parte, agregó que Nancy, la mamá de Sathya, “está muy feliz por la noticia” en medio de otro drama que atraviesa al ser diagnosticada con un cáncer avanzado.
Además, la letrada anticipó que pedirán el máximo de pena que la ley permite: “Parte de una pena mínima de 10 años y 20 podría ser la escala máxima”. Se espera que la sentencia se conozca en una cuarta audiencia, tras lo cual pedirán que se investigue si hubo o no incumplimiento de los deberes de funcionario público.

El relato de la víctima
un mes antes de su muerte

Sathya usó sus redes sociales para contar el calvario que había sufrido entre los 8 y los 14 años, por parte del hombre que debía cuidarla. “Tenía 8 años cuando mi papá empezó a abusar de mi. ¿Será que el guardapolvo no era lo suficientemente largo y lo provoqué?”, escribió al recordar el horror.
Tal vez sintiendo que este era su último recurso, la adolescente encontró las palabras para describir lo inenarrable: “Me tocaba mientras me decía que solo eran cosquillas, entre manoseos, abusos y las veces que yo me asfixiaba porque sentía que iba a morir”.
“¿Duele leerlo? ¿Te da bronca, repulsión, asco tal vez? ¿Te cansa leer historias de violaciones todos los días en las redes sociales? Peor es vivirlo”, reflexionó. Pese a todos sus intentos y todo su dolor, la causa entonces no prosperó e Insaurralde nunca siquiera fue llamado a declarar. El acusado fue imputado, pero estuvo en libertad hasta el jueves de la semana pasada.

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