La gente se ha olvidado del verdadero «espíritu navideño» y cada vez interesan más los regalos y la ropa a estrenar que compartir en familia o ayudar al prójimo. Habiendo tanta necesidad en la calle, si todos hiciéramos una colecta inmensa, estoy seguro que la cosa sería distinta. ¿Algún día se hará realidad?
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