Jim Carrey cumple 60: sus comienzos, la muerte de un amor y su lucha contra la depresión

El gran comediante que llegó a recibir 20 millones de dólares por un solo film siente que ha vivido muchas vidas en una sola. Su infancia, los primeros sueños, los amores inolvidables, el golpe por el suicidio de Catherine White y el día que sintió que había vencido a la depresión: “Cuando viene algún episodio ya no me ahoga más”
Cambio de década. Para muchos implica solo un año más de vida, para otros, todo un conflicto existencial. ¿Cómo habrán sorprendido a Jim Carrey los 60 años que está cumpliendo por estas horas?
Conocido por haber sido el primer actor de Hollywood en embolsar 20 millones de dólares por el film The Cable Guy, en 1996, también se lo reconoce por sus reiteradas depresiones y los amores conflictivos. Aunque Carry confesó en varias entrevistas ser dueño de una personalidad un poco retraída. “Me gusta reservarme lo que siento para mí, soy muy introvertido. Me gustar vivir aislado”, explicó el canadiense, pero hay quienes creen que su declive y depresión comenzaron con el suicidio de su novia Cathirona White y también por la guerra mediática que tuvo que afrontar cuando la familia de la chica lo acusó de haberla iniciado en las drogas que finalmente terminaron con su vida, en septiembre de 2015.
La acusación cobró más fuerza aún cuando se conoció una supuesta carta escrita por White antes de morir, donde sostenía que la vida con el actor había sido una tortura: “Amaba la vida, estaba feliz conmigo misma y me sentía muy bien. Estaba orgullosa de todas las decisiones que había tomado y te conocí. Me introdujiste en la cocaína, la prostitución, el daño psicológico y las enfermedades. Hiciste cosas muy buenas por mí, pero me rompiste como persona, Jim. Yo quería conseguir a Jekyll, pero en lugar de eso tuve a Hyde. Me echaste de tu vida cuando tuviste lo que quedaba de mí que valía la pena”.
“Estoy shockeado y profundamente triste por la muerte de mi dulce Cathriona. Ella fue una auténtica, amable y delicada flor irlandesa, demasiado sensible para este barro, para quien amar y ser amada era todo lo que importaba. Mi corazón está con su familia y amigos, y con todos los que la amaron y se preocuparon por ella. Todos hemos sido golpeados por un rayo con esta noticia”, escribió el actor en un comunicado tras el fallecimiento. Pero las palabras que habría volcado Cathriona en la carta de despedida fueron usadas como prueba en la batalla judicial que libró su familia contra el actor.
Carrey intentó mantenerse alejado de todo el conflicto, pero un día dijo: “No toleraré este intento desalmado de aprovecharse de mí o de la mujer a la que amé. Los problemas de Cathriona White se iniciaron mucho antes de que nos conociéramos y tristemente ninguno de nosotros podría haber evitado este final tan trágico. Espero de verdad que muy pronto la gente deje de tratar de sacar provecho y la dejen descansar en paz”.
Jim ya no es el hombre de sonrisa fácil, el comediante que hizo películas con recaudaciones millonarias. La melancolía, cierto comportamiento errático, y la introspección lo alejan de aquel actor que muchos creyeron conocer. Él dice que está en una búsqueda espiritual. Quienes lo conocen íntimamente aseguran que ese vacío existencial empezó mucho tiempo atrás.
De niño Jim hacía reír para llamar la atención de sus padres. Carrey nació el 17 de enero de 1962 en Ontario, Canadá, en el seno de una familia muy humilde. Su mamá, Kathleen Oram, era ama de casa, y Percy Carrey, su padre, fue un hombre que siempre se quiso dedicar a la música, pero que nunca lo logró. Tuvo que dedicarse a trabajos formales, dejando su pasión en el espacio del hobby.
El actor vivía con sus padres y dos hermanos mayores cuando, al cumplir los 12 años, todo cambió: Percy perdió su trabajo y los Carrey, la vivienda. Quedaron en la calle. La alternativa fue improvisada. “Vivimos en una casa rodante por un tiempo, y trabajamos como guardias de seguridad”, comentó Jim en una entrevista que le brindó al periodista James Lipton.
A los 16 años abandonó los estudios: había que traer dinero a una casa en la que apenas había para comer. Y entonces, Jim comenzó a trabajar. Hizo de todo durante meses, hasta que comprendió que podría sacarle un rédito a aquellas cualidades artísticas que exhibía en la familia y frente a sus amigos.
Sabiendo que nada puede perder quien nada tiene, le envió material suyo a Carol Burnett, una de las humoristas más talentosas y prestigiosas. Le pidió ingresar a su programa; no lo logró. Por recomendación de su papá empezó a actuar en el club Yuk Yuk’s, de Toronto. Allí también experimentó eso de vivir en un auto abandonado: los pocos dólares que ganaba no le permitían alquilarse un departamento y, a su vez, tener un plato de comida. Había que elegir.
A los 18 años Carrey se mudó solo a Los Ángeles para desarrollar una carrera que ni siquiera había empezado. Lo poco que había hecho fue de manera amateur. Pero algo lo hizo perseguir ese sueño. Eran él y su confianza, que le decía que podía triunfar como actor, y no se detuvo en su sueño.
Comenzó a trabajar en The Comedy Store en West Hollywood. Su primera actuación en tierras norteamericanas tuvo lugar en el programa de humor In Living Color. Ese fue el puntapié para empezar a crecer sin freno hasta que a mediados de los 90 ya era una verdadera estrella de cine.
Cuenta la leyenda que cuando se mudó a suelo americano puso en su bolsillo un cheque falso por un monto de 10 millones de dólares. Cada vez que iniciaba un proyecto lo llevaba, porque sabía que en algún momento iba a ganar ese dinero. Fue una suerte de amuleto. En el 95, cuando lo convocaron para Tonto y Retonto, cobró por su participación ese monto.

Comentarios Facebook

Lo más leído