«Lo más importante es el amor de Dios y no esta realidad aparente que presiona en el mundo»

El Obispo de Formosa, José Vicente Conejero, en su misa de ayer por el Domingo de Pascuas de Resurrección, que se transmitió de manera virtual, dejó un mensaje a la comunidad formoseña ante los tiempos difíciles que se viven, sobre todo por la pandemia y aseguró que «lo más importante es el amor de Dios» y «no esta realidad aparente que presiona en el mundo».
«Queridísimos hermanos, el gozo y la alegría invaden el corazón de todos aquellos que tenemos el don de creer en Jesús, renovando nuestro bautismo, renunciando al pecado y haciendo la profesión de fe. Que este día en el que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo, Dios es bueno y misericordioso y tanto que lo es, tenemos que dar gracias al Señor, por el don de la fe, este misterio que el espíritu santo por obra suya introduce en nuestra mente y corazón, porque no es algo que nosotros elaboremos, sino que nos viene como iniciativa que parte de Dios, que por su amor quiere hacernos partícipes de su alegría, de su felicidad, por eso en medio de todas las dificultades, sufrimientos, enfermedades, pandemia, todo eso comparado con el amor de Dios, con la victoria y el triunfo de la resurrección del Señor es muy poca cosa y prevalece en nosotros por obra y gracia del espíritu santo esta alegría que nada ni nadie puede arrebatarnos», comenzó diciendo.
«Hoy el corazón exalta de gozo y alegría, San Ambrosio cuando comenta el evangelio de la visitación de María a su prima Isabel expresa una frase que podemos aplicarla hoy; «El amor desconoce la lentitud», por eso Juan y Pedro corren hacia el sepulcro movidos por el amor ante la noticia de las mujeres de que Cristo no está en el sepulcro, y ellos pueden comprobar también que Jesús como había prometido, ha resucitado, ha vencido el pecado, la muerte, el mal, vive para siempre y nos quiere hacer a todos, cuanto creamos en él, partícipes de esta alegría y felicidad, por eso es lógico que quienes creemos en el Señor estemos como exaltados, cantando y con fuerza el aleluya», manifestó Conejero.
«El misterio de la resurrección del Señor es el centro de nuestra fe y es el fundamento porque como afirma el apóstol Pablo, si Cristo no ha resucitado seríamos las personas más tontas, pero Cristo lo hizo y acá radica nuestra esperanza, dijo que todo aquel que crea en él, aunque muera vivirá y nosotros creemos en la palabra del Señor y de ahí que todo se transforma, con los ojos de la fe se llena el espíritu y la mente de esperanza, de amor, es pura gracia de Dios», explicó.
Recordó que en el Domingo de Resurrección, «algunos lo vieron a Jesús resucitado pero no captaron la importancia que esto conllevaba, recién salen a proclamar cuando saben que el Señor resucitó, que vive y él expresa de que no lo hizo de una manera espectacular para mostrarse a todos sino que ha elegido a sus discípulos como testigos privilegiados, quizás nosotros hoy somos los testigos del Señor, el mundo sigue con otra cosa, hoy se nos dirá que si el presidente tiene coronavirus, la pandemia, el porcentaje de pobreza, todas las noticias que a veces abruman y cansan a los hombres pero para nosotros la gran noticia es que Jesús está vivo y este gozo y alegría debemos comunicarla y transmitirla a los demás, siempre respetando la dignidad y libertad de conciencia de los demás, esto no se puede poner a la fuerza, tiene que ser un contagio con amor, después debemos ser coherentes con la vida».
«Lo más importante es el amor de Dios y no esta realidad aparente que presiona el mundo, nada es comparable con este amor de Dios y ahí ya en lugar del dinero, del pasarla bien u otras motivaciones que pudiéramos tener, hay que dejarlas a un costado y centrar nuestra vida, nuestro corazón», aconsejó.
«La celebración de la Pascua del Señor debe transformar nuestra manera de ser, de pensar, de obrar, no sé si son los años que también influyen porque ya vamos avanzando aunque no lo queramos, o también esta situación especial que vivimos, atípica y rara como la pandemia. El espíritu de Dios nos hace sentir con mayor fuerza la vida, el amor, la misericordia del Señor hacia nosotros, a los que verdaderamente estamos llamados, tenemos que propiciar esta acción del espíritu santo que entra en nosotros», dijo.
«En su homilía, el papa Francisco expresaba que Jesús no es una persona del pasado, está vivo, está presente, nos sorprende cada día con su amor, quiera Dios que podamos percibir nosotros esta presencia, amor, entrega de Jesús porque sí que seremos verdaderos testigos de Jesús resucitado», enfatizó.
Aseveró además que en estos tiempos difíciles, «hay que comenzar de nuevo, fomentar el encuentro y amor, seguimiento que tuvimos en algún momento y que ahora debe intensificarse, debemos ir a donde haga falta, a todos aquellos lugares para que todos conozcan el amor de Dios. Quiera Dios que en medio de estas adversidades, circunstancias, contingencias que tenemos, sepamos descubrir, valorar el amor y la misericordia de Dios».
«Ojalá que podamos repetir en la mente y corazón que este día actuó el Señor, porque Dios es bueno y misericordioso y nos ama, en el corazón de cada uno de nosotros actúa el espíritu santo y debemos compartir este gozo y alegría, dejándonos sorprender y asombrar por el amor de Dios. Debemos estar atentos, ansiosos, con serenidad para compartir con nuestros hermanos este infinito amor de Dios, Cristo vive y ha resucitado», finalizó.

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