Crece el número de jóvenes que abandona la provincia ante la falta de oportunidades laborales

Si bien es un tema que desde hace años se viene dando, cada vez son más los jóvenes formoseños que abandonan la provincia en busca de un futuro mejor ante la falta de oportunidades laborales y de crecimiento profesional. La mayoría opta por formar parte de una fuerza y muchos elijen los mismos destinos en el país; radicarse en Buenos Aires, Córdoba o Rosario o bien ir hacia el sur de la Argentina donde muchos aseguran, es una tierra más próspera.
En ese marco el Grupo de Medios TVO dialogó con varios de ellos para conocer los motivos más profundos que los llevan a alejarse de la tierra que los vio nacer y si bien la mayoría son profesionales que se han formado en la provincia o que estudiaron en otro lado y llegaron acá para crecer, deben irse al tiempo ante la falta de trabajo.
Este es un escenario que genera angustia sobre todo en las familias, más que nada en los padres que ver con tristeza cómo sus hijos muchas veces muy jóvenes deben partir, en algunos casos, para radicarse para siempre en otra provincia argentina.
«Tengo dos hermanas que viven en Buenos Aires, se fueron hace años y nunca les fue mal, pero extrañan mucho, no se vive de la misma manera que acá pero no queda otra, acá las dos se cansaron de buscar trabajo y la verdad es que no encontraron nada, yo me recibí de contadora hace muy poco y me voy a probar suerte allá, sé que sí o sí voy a conseguir un trabajo bueno, algo que acá es muy difícil, sobre todo si uno no tiene contactos», contó Karina, de 23 años.
«La mayoría de mis amigas atraviesa por la misma situación y la verdad es que ninguna se quiere ir pero tampoco hay otras opciones, acá si no te metes en política y tenes tus conocidos no avanzas o hay muy pocos casos de gente que por mérito propio llega lejos, pero tampoco podemos vivir con esa incertidumbre, uno estudia y se prepara pero en Formosa no sirve de mucho», acotó.
De la misma forma Sabina, una joven formoseña que estudia Medicina en Córdoba tras recibirse del secundario el año pasado señaló que «mi hermano se recibió de médico hace muchos años y llegó a Formosa para poder trabajar y crecer cerca de mis padres pero todos los trabajos que conseguía eran mal pagados, en ninguno se valoraba el tiempo de estudio y los conocimientos, era trabajar día y noche por un sueldo mísero, se cansó y se fue a vivir a Rosario, a mí me falta mucho para recibirme pero ya me estoy haciendo la idea de que voy por el mismo camino, muchas amigas mías también están así porque acá no hay nada».
Las realidades son diversas entre los consultados, pero el fin es el mismo; crecer profesionalmente en otras tierras donde las oportunidades laborales están atadas al conocimiento y no a los contactos, como aseguran hay que tener en Formosa para avanzar.
«Somos muchos los chicos del interior que llegamos a Formosa para estudiar, la UNaF está llena de chicos que como yo vienen a alquilar y estudian con mucho sacrificio, la mayoría incluso tiene un trabajo para también ayudar con los gastos pero una vez que nos recibimos pareciera que el único camino posible es irse lejos, mi prima se recibió de maestra jardinera el año pasado y quería quedarse en Formosa, recorrió jardines, se anotó en las listas de concurso docente pero conseguía pocas horas y en distintos lugares entonces se fue a Santa Cruz, vive en la otra punta del país, extraña mucho a su familia pero lo hace por su futuro, así es la realidad de muchísimos chicos formoseños y lo peor es que la mayoría son profesionales», relató Analía, otra joven consultada.
«Yo me recibo dentro de dos años de nutricionista y también estoy pensando en la idea de ir a Santa Cruz con mi prima, ella llegó y al mes ya tenía trabajo, muy distinto a lo que pasa acá donde pueden pasar incluso años y seguimos en la misma», acotó.
Otro de los caminos más elegidos por los jóvenes para desarrollarse es el ingreso a alguna fuerza nacional como Gendarmería, Prefectura, Policía Federal que además de ofrecer buenos sueldos, son algo «seguro».
«Yo me quedé embarazada muy chica y con el papá de mi hija no teníamos nada, se anotó para ingresar a Prefectura y un día lo llamaron desde Buenos Aires para que se presente, ese mismo día se tomó un avión y se fue, hoy trabaja en Ezeiza y yo también fui para allá donde trabajo como docente, los dos somos formoseños y nos duele mucho estar lejos de nuestras familias, cada vez que venimos no nos queremos ir más pero sabemos que acá no hay nada, que muchos amigos que se quedan la pelean durante años para avanzar y muchas veces no sucede, nosotros con una hija y sin ya posibilidades de estudiar otra cosa nos tuvimos que ir. Allá vivimos bien, pero uno nunca deja de extrañar, el primo de mi marido también es prefecto y ahora un hermano de él ingresó y está viviendo con nosotros, son un montón de casos como el nuestro donde la única salida es irse de Formosa», señaló Fátima.
«Hay chicos a los que no les gusta la fuerza pero ingresan igual porque lo ven como una salida rápida, hoy en día estudiar y recibirse ya es casi para valientes con toda la situación difícil que vivimos en el país donde la plata apenas alcanza para comer así que es comprensible lo que muchos hacen, a mí me duele porque mis dos hermanos entraron a la fuerza y están lejos, pero sé que era lo mejor para ellos, son muchos los que siguen el mismo camino para avanzar en sus vidas», opinó María, otra joven consultada por el Grupo de Medios TVO.

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