Familias que viven en asentamiento aguardan ser censadas para que les entreguen módulos

Una gran cantidad de familias que habitan en condiciones de mucha precariedad en un asentamiento del barrio El Porvenir donde armaron unas 80 casillas de chapa cartón y hule, en diálogo con el Grupo de Medios TVO relataron que continúan a la espera de ser censadas y que les entreguen módulos habitacionales que vienen reclamando desde el tiempo que viven allí, algunos desde hace más de cuatro años.
En el lugar también viven familias que llegaron desde distintas localidades del interior provincial y que ante la falta de trabajo, arribaron en busca de mejores condiciones de vida, algo que no se les dio y por ello aguardan una respuesta de los funcionarios.
En ese marco, una vecina del lugar expresó que «todavía no se acercó ninguna asiente social, los únicos que nos censaron fueron los policías, nosotros no tenemos ayuda de nadie, ese es el problema y estamos esperando para que nos den un módulo, hace casi tres años que nosotros estamos acá y nunca nos dieron algo, antes al menos daban desayuno, merienda, almuerzo, pero después de que pasó la época de elecciones no nos dieron nada más».
Asimismo señaló que las condiciones de vida en el lugar son muy precarias y atraviesan todo tipo de necesidades, «cuando hace frío pasamos frío, con el calor es lo mismo, cuando llueve una semana o dos se mojan nuestras cosas, también la ropa porque gotea el techo, se sufre mucho la verdad», dijo la vecina.
«Nosotros pedimos un módulo, si es que nos pueden ayudar con eso o sino un terreno donde podamos construir, pero en general pedimos un módulo», expresó y aseguró que «nunca recibí algo de esto antes, por eso estoy acá pasando frio, calor, nos mojamos cuando llueve, así como sufro yo sufren todos mis vecinos, hay algunos que están incluso peor que yo».
Respecto a cómo hace para subsistir y mantener a su familia, contó que «lo que hice ahora fue invertir los 10 mil pesos que cobré del bono y vendo nafta, hago torta a la parrilla, pan casero más o menos para salir adelante, igual se sufre».
«Estamos esperando que de una vez nos hagan un censo y ver qué respuestas nos dan para que nos quedemos más tranquilos, acá padecemos un montón, esperamos que nos den una solución que hasta ahora no llega», culminó.
Ante la falta de material para construir sus casas, la mayoría de las familias armó precarias casillas con hules, plásticos, chapas de cartón que ante cada lluvia quedan destruidas y de nuevo deben empezar a juntar materiales como carpas para reparar lo que se destruyó. Esta situación les acarrea otro escenario a los que tienen niños ya que por el frío y el agua se terminan enfermando, como le pasó a una de las mujeres del lugar.
«Nosotros solo tenemos la casilla de hule, tengo una nena que tiene broncoespasmo y estos días de mucho frio la pasamos mal, ella se enfermó y no teníamos para los remedios, nadie viene a ver nada, ni a ver cómo estamos, no nos ayuda nadie. Yo hace mucho había hecho los trámites para la entrega de los módulos, hace cinco años, pero nunca me llamaron, nunca me informaron de nada y sigo esperando», expuso sobre su situación.
De la misma forma Josefina, otra pobladora del sector, aseguró que «vivimos acá desde el año 2016, somos del interior, de General Belgrano y vinimos para acá porque allá nos agarraba el agua, decidimos salir de ahí con mi marido y con mis hijos y terminamos acá».
Para subsistir contó que «hacemos pan casero, torta a la parrilla, mi marido hace changas y corta pasto, con eso tratamos de aguantar. Acá viene la policía, nos toma los datos, nos dicen que nos van a mandar a alguien para que nos haga el censo, pero después de eso no vinieron más, hasta ahora seguimos en la casa precaria donde pasamos de todo. Esperemos que alguien aparezca y nos ayude, todavía no perdemos la esperanza».
«Cuando estábamos en Belgrano hacíamos lo mismo, vivíamos de la changa, juntábamos latas de aluminio y cobre, allá teníamos menos trabajo, acá por lo menos hacemos torta, pan, vendemos nafta, nos rebuscamos como podemos, también cortamos pasto».
Otra mujer consultada, relató que «vivo en el asentamiento desde hace años y nos viven prometiendo módulos, siempre recorro las calles y veo en el Antenor Gauna, en lote 111 todos los módulos abandonados, no vive nadie y las autoridades nos dicen que sí nos van a ayudar, pero no hacen nada por nosotros. Tengo una hija y jamás en la vida vi a un político que nos dé lo que prometieron, hay gente que pasa muchas situaciones malas, a veces no tienen siquiera para comer, yo estoy desde hace dos años acá y no veo ninguna solución a esto, los políticos no vienen a esta zona».
«Antes de venir acá vivía en un alquiler con mis hijos, pero como no me alcanzó para más y no tenía trabajo tuve que salir, yo hacía changas de albañilería, pinturería y lo que sea pero ahora no hay nada, menos en esta pandemia donde peor la estamos pasando, ni siquiera nos dan una bolsa de mercadería», lamentó.
«Lo que esperamos es que nos hagan un censo y nos den un módulo o un terreno para que podamos construir una casa de material porque cuando hace frío, llueve o algo, entra agua en las casas y así no podemos estar. Nosotros sabemos que este lugar no es nuestro, por ahí queremos hacer alguna mejora pero no nos dejan, tenemos que vivir en chapa de cartón o en hule para poder tener un ayuda que es lo que más queremos», acotó la mujer.

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