A 164 años del fallecimiento del General San Martín, evocaron su figura en emotivo acto

“Estamos reacomodando este tiempo político que será pronto un tiempo histórico, fundante. Estamos volviendo al verdadero rumbo de la Nación, con orientación y curso definitivamente argentinos”, fue subrayado como reflexión en el marco del acto central conmemorativo al 169 aniversario del fallecimiento del general San Martin que presidió ayer el gobernador Gildo Insfrán.
Fue en la plaza central homónima donde junto al presidente provisional de la legislatura, Armando Cabrera, el intendente Jorge Jofré, el presidente del STJ, Guillermo Alusin y el jefe del Regimiento de Monte 29, teniente coronel Gabriel Jorge De Senzi, el primer mandatario encabezó la evocación al Padre de la Patria.
Allí, y luego del tradicional depósito de ofrendas florales al pie del monumento a San Martin y la poesía alusiva a la fecha a cargo de una escolar, el ministro de Gobierno, Jorge Abel González sostuvo que evocar al prócer que “acuñó la concepción de libertad en bronce y sangre, en cultura y fuego, en voluntad y conciencia, nos ayuda a sobrellevar con esperanza y temple los tiempos infaustos de tristeza y desatinos patrios”.
Destacó que San Martín “no sólo nos legó el concepto más claro de independencia y respeto a los pueblos, sino también su paciencia, su valor personal, su ética y moral de responsabilidad y compromiso con la tierra que lo vio nacer y un alto modelo de Nación a construir: grande, integrada, justa, libre y soberana”. Otro aspecto significado fue que “desde el primer momento a la gran empresa libertaria, creando el cuerpo de Granaderos a Caballo, incorporó a su ejército a cientos de sus paisanos de Yapeyú y las misiones. Hijos como él de la tierra, esos jóvenes guaraníes lo acompañaron durante toda la gesta de la independencia. El gran capitán ponía así en valor a las culturas autóctonas reclamando a los tiempos su presencia fundante”.
Refirió a otros “grandes próceres” continuaron esa senda: “Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, un hombre que como San Martín estaba convencido de integrar y engrandecer a nuestro pueblo con equidad y derechos para todos”.
Advirtió que “hubieron judas y traidores a esta Patria y a este pensamiento. Ante cada héroe se presentó un traidor que sólo proponía al pueblo dolor y angustia. Sucesivamente fueron surgiendo entreguistas que sólo servían a los intereses de afuera. Hasta negaron el patriotismo de nuestros héroes, pidiendo disculpas a los herederos del imperio y trataron de borrarlos de nuestra memoria. “Eran lo viejo”, nos decían y los reemplazaron por simples animales en nuestros billetes. Tantas veces desguazaron y rifaron la Argentina, otras tantas veces el pueblo la reconstruyó con sus conductores, su trabajo y planificación”. Aunque significó el ministro que “desde la herencia sanmartiniana del pensamiento nacional surgieron siempre los anticuerpos que sostuvieron la supervivencia de la Nación. Sobre las dignidades pisoteadas de los argentinos reverdecieron las revoluciones, las resistencias, los sueños y las alegrías, recomponiendo siempre las dignidades mancilladas”.
Otro aspecto destacado fue que “San Martín impulsó con convicción y sin ninguna angustia la declaración de la independencia política”, entendiendo que “la de la independencia económica nos toca a nosotros, sus hijos, trabajar por la definitiva independencia de la Patria”.
En la misma línea ponderó que “el legado del general San Martín está intacto. Este pueblo que construye esta Nación de culturas diversas da sus respuestas a cada ataque, a cada intento de colonización artera. Este pueblo presente se ha levantado una vez más ante la realidad aciaga y culturalmente mediocre y, desde sus convicciones más profundas ha vuelto a señalar el camino para la Argentina que desea”.
“Son las mismas huestes de San Lorenzo, Maipú y Chacabuco, son los mismos cabecitas y descamisados que han vuelto una vez más a ser protagonistas de sus destinos. Nuevamente se ha sublevado el subsuelo de la Patria y desde la historia y su herencia ha logrado una victoria en la más grande cruzada cultural en lo que va del Siglo XXI, más el triunfo debe ser conquistado aún”. Fue enfático al subrayar que “una vez más el poder imperial tiembla en su impotencia y sus títeres cipayos se revuelcan destilando su pestífero odio. Sólo un pueblo unido, organizado y solidario es capaz de reordenar la historia hacia su verdadero destino que no es otro que la grandeza de Patria y su propia felicidad”.
“Somos fieles herederos de esta historia y desde Formosa continuamos construyendo como pueblo multiétnico y pluricultural con un alto valor en la equidad y la integración. Estamos reacomodando este tiempo político que será pronto un tiempo histórico, fundante. Estamos volviendo al verdadero rumbo de la Nación, con orientación y curso definitivamente argentinos. Y desde allí volver a trabajar para cumplir el gran sueño latinoamericano del Padre de la Patria”, significó concluyente el ministro.

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