Alberto Fernández se reunió con movimientos sociales y les aseguró que serán parte de su gobierno

Hasta un discutidor nato como Juan Grabois se fue más contento de lo que previó de la reunión en la Conferencia Episcopal Argentina con Alberto Fernández. De buen diálogo con el presidente electo, Grabois le habla con tal franqueza que mantienen intensas discusiones.


Al contrario de lo que se rumorea, el líder del Frente Patria Grande y de la CTEP no ocupará ningún lugar en el gabinete: prefiere mantener su independencia para interpelar al Gobierno cuando no coincida con algo. Pero, según se oyó en el barrio de Retiro, probablemente otros referentes de los distintos espacios ocupen algún lugar en las segundas o terceras líneas del próximo Ejecutivo nacional.

Cada dos meses monseñor Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora y titular de la Comisión de la Pastoral Social, abre las puertas de la sede en Retiro a los movimiento sociales. En el marco de la Emergencia Alimentaria, la Iglesia ofrece allí, como a los curas villeros en San Cayetano, un espacio de debate y contención.

Ahora, ante la inminencia del recambio de gobierno, Emilio Pérsico, también de diálogo directo con el presidente electo, se fue el martes por la mañana hasta el exclusivo barrio de Puerto Madero donde conversó con Fernández. Lo invitó a la reunión agendada. Y Fernández, como lo hizo el viernes en la CGT, encabezó el encuentro con promesas que cayeron bien: les dijo que también ellos serán parte de su gobierno e incluso ya se habla de algunos cargos.

Ante los planteos de las diferencias futuras que pudieran surgir y las movilizaciones que parecen apuntar a ‘marcarle la cancha’, Fernández evitó la polémica, pidió no “estigmatizar” y les dijo que no quiere un discurso único sino que cada uno interpele desde su lugar.

Después hablaron sobre la situación de los trabajadores y las dificultades para generar empleo en lo inmediato, razón por la que los planes del Frente de Todos incluyen a los integrantes de la llamada economía popular. “Por más éxito que tenga la gestión, si se crece un 5% anual, no se generarán más de 150.000 puestos de trabajo por año, o un poco más”, se oyó a alguien con sinceridad.

Para incluir a los excluidos, el plan es institucionalizar a comedores, merenderos, instituciones, trabajadores de los polos textiles, recicladores, productores de alimentos y también el desarrollo de empleo del cuidado. El paquete es parte de un plan que excede al área que manejará Daniel Arroyo e involucraría al nuevo ministerio de Vivienda y Hábitat que ocuparía María Eugenia Bielsa; probablemente Economía y además a Producción, donde podría estar el intendente de San Martín Gabriel Katopodis, de fluido diálogo con los distintos sectores.

No se habló de leyes o planes concretos pero sí del impulso al empleo que genera en lo inmediato la urbanización de villas y asentamientos, la horticultura, la posibilidad de fabricar indumentaria (guardapolvos, por ejemplo) que compre el Estado y hasta hubo quien dijo que hoy “enterramos oro” por todo lo que queda fuera del reciclado y que podría ser fuente de más empleo si se organiza aún más esa actividad.

Con todos los que participaron del encuentro viene reuniéndose asiduamente Daniel Arroyo. Incluso en la Pastoral, donde cofluyen los integrantes de la Agencia de Economía Popular. De hecho casi todos estuvieron en el acto de lanzamiento de “Argentina contra el Hambre” en la Facultad de Ciencias Veterinarias. Pero esta vez, destacaron los referentes sociales, no fue un acto, aun cuando hubo difusión de fotos y gacetilla de prensa.

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